En medio de esfuerzos turcos por avanzar en el desarrollo de su sistema de defensa aérea autóctono Steel Dome, medios locales han comenzado a reportar que Rusia habría hecho las primeras evaluaciones y contactos para avanzar en una potencial recompra de los sistemas S-400 vendidos a las Fuerzas Armadas de Turquía en 2017. La posibilidad de que Moscú avance en una adquisición de este tipo, según se informa, respondería a la merma de sus propios inventarios por la guerra en Ucrania, además de notarse una creciente demanda de terceros países interesados en la plataforma para reforzar sus propias redes de defensa.
Si bien se trata de una noticia que aún carece de confirmaciones oficiales por parte de cualquiera de los dos gobiernos, no deja resultar una novedad de gran interés por sus diversas implicaciones, tanto como en el ámbito estrictamente militar como en el de la política. Para Turquía, los S-400 han resultado ser un problema en este segundo aspecto, considerando que representó un punto de quiebre con las relaciones que sostenía ligadas a la defensa con los EE.UU. Particularmente, le representó a Ankara una expulsión del programa de cazas F-35, además de una serie de sanciones a través de la Ley para Contrarrestar a los Adversarios de Estados Unidos Mediante Sanciones (CAATSA).

La cuestión no es un detalle menor, considerando que una potencial recompra rusa de los S-400 podría llegar a significar que Turquía pueda intentar volver a ser readmitida en el programa F-35, tal y como se venía especulando desde octubre del año pasado. Además, un alejamiento de Rusia abriría puertas en materia de otros proyectos de modernización en los que se ve interesado el gobierno turco, siendo este el caso de su flota de cazas F-16.
Cabe destacar en esa línea, que propuestas de transferencia previas que habrían facilitado dicha mejora en las relaciones no fueron aceptadas por Turquía, argumentando que habrían representado lo que se llamó “una infracción de la soberanía turca“; palabras emitidas en 2023 por el ex ministro de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, en respuesta a un pedido estadounidense para enviar sus S-400 a Ucrania.

De modo similar, Ankara rechazó propuestas que pretendían poner el control de estas baterías en manos de tropas estadounidenses, evitando así que obtengan información de rastreo sobre los F-35 empleados por diferentes miembros de la OTAN. En ambos casos, quedaba siempre latente el hecho de que una decisión de esta índole habría impactado en las relaciones con Rusia y derivado en problemas legales de difícil resolución, lo que ahora quedaría resuelto en tanto ahora es Moscú quién tomaría la iniciativa.
A la par de estas cuestiones desde el lado turco, no puede dejar de mencionarse que Rusia ya tendría nuevos clientes para la plataforma S-400 en caso de que la operación prospere, a saber: la India. Como hemos reportado el pasado 8 de septiembre, Nueva Delhi está negociando con Moscú una compra de este tipo de armamentos con el fin de engrosar sus capacidades de defensa aérea en las regiones donde comparte fronteras con Pakistán; país contra el que recientemente ha realizado operaciones militares y con el cuál lleva enemistado varias décadas.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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Que vayan a Iran. Creo que los van a necesitar mas que los turcos. Seria un destino logico , maxime con la cooperacion acordada por los paises islamicos en Qatar…Creo yo.