En el marco de la asociación estratégica entre Brasil y Francia, el consorcio Naval Group ha alcanzado nuevos acuerdos con la Marina de Brasil para el desarrollo del futuro submarino nuclear Álvaro Alberto, una de las apuestas más ambiciosas del país sudamericano en materia de defensa. Estos contratos refuerzan la cooperación bilateral dentro del Programa de Desarrollo de Submarinos (PROSUB), consolidando tanto la transferencia tecnológica como la participación francesa en un proyecto que busca posicionar a Brasil entre las pocas naciones capaces de operar un submarino de propulsión nuclear.

Según lo publicado en la publicación oficial Diário Oficial da União, el primero de los contratos firmados con Naval Group está valuado en 246,3 millones de euros y contempla la provisión de servicios de ingeniería, adquisición y construcción para el montaje electromecánico del Edificio Auxiliar Controlado (PAC) del Laboratorio de Generación de Energía Nuclear (LABGENE). Este centro, ubicado en Iperó, São Paulo, permitirá validar los sistemas de propulsión nuclear antes de su instalación en el submarino Álvaro Alberto. El acuerdo tendrá una duración de 72 meses, con inicio en junio de 2025.

El segundo contrato asciende a 282,1 millones de euros y tiene una vigencia de 54 meses. Su objetivo es proveer consultoría técnica especializada para los sistemas adicionales del Submarino Nuclear Convencionalmente Armado (SNCA). De esta manera, Naval Group profundiza su rol en áreas críticas del proyecto, que van desde el diseño de casco hasta la integración de tecnologías que exceden la experiencia previa de la Marina de Brasil.

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El PROSUB, lanzado en 2008, constituye una de las principales políticas de Estado en materia de defensa. Además de la construcción del submarino nuclear, contempla la fabricación local de cuatro unidades de la clase Riachuelo, derivadas del diseño francés Scorpène pero con mayores dimensiones y desplazamiento. Dos de ellas, el Riachuelo (S-40) y el Humaitá (S-41), ya se encuentran en servicio; mientras que el Tonelero (S-42) avanza con sus pruebas de mar y el Almirante Karam (S-43) –conocido anteriormente como Angostura- se encuentra próximo a su finalización en el Complejo Naval de Itaguaí, en Río de Janeiro.

Este programa alcanza su cumbre con el desarrollo del submarino de propulsión nuclear SN Álvaro Alberto (SN-10). Esta unidad, que ya cuenta con avances en la construcción de su reactor experimental y en el corte de las primeras secciones de acero naval, está prevista para ser entregada a partir de 2034. La Marina de Brasil exhibió recientemente su diseño en São Paulo, reafirmando que el proyecto tiene como objetivo custodiar la llamada Amazonia Azul y consolidar a Brasil como potencia regional con capacidad de proyección estratégica.

Maqueta del reactor nuclear que equipará al SN Alvaro Alberto

En este contexto, la cooperación con Francia se ha vuelto esencial. La diplomacia brasileña, encabezada por la Cancillería y con apoyo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ha buscado ampliar los alcances de la asistencia francesa, particularmente en áreas sensibles como el combustible nuclear. Aunque este aspecto se encontraba inicialmente bajo estricto control de Brasil, las dificultades técnicas han impulsado nuevas conversaciones con París para garantizar el avance del programa en plazos realistas.

*Imágenes empleadas en carácter ilustrativo.-

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