A través de una comunicación oficial publicada el pasado 21 de agosto, el gobierno de Nueva Zelanda confirmó que la Armada del país ha seleccionado al MH-60R Seahawk para llevar a cabo el reemplazo de sus antiguos helicópteros SH-2G(I) Super Seasprite, enmarcándose dicha decisión dentro del mas reciente Plan de Capacidad de Defensa (DCP). Se trataría, en principio, de una adquisición que requerirá la inversión de mas de 2.000 millones de dólares neozelandeses por parte de Wellington, permitiendo ello la compra de cinco ejemplares producidos por Sikorsky en un paquete que también incluye el armamento que los equiparía y demás elementos asociados.
Al respecto se refirió la ministra de defensa del país, Judith Collins, afirmando que con la llegada de los nuevos MH-60R el país contará con: “con capacidad crítica para el combate, interoperable y confiable (…) El MH-60R Seahawk es una aeronave excelente para las necesidades de Nueva Zelanda y cumple nuestro objetivo de contar con una fuerza ANZAC más integrada. Además, los nuevos aviones nos brindarán aeronaves confiables para desplegar personal y responder a eventos internacionales.“

Cabe destacarse en este punto, que la selección de la plataforma se ha producido, pero aún no existe un contrato formal acordado entre Nueva Zelanda y los EE.UU. para concretar la compra. Sin embargo, esto es una cuestión que el gobierno neozelandés espera poder agilizar tras el anuncio oficial, previendo avanzar en dicho camino a través del programa de Ventas Militares al Extranjero (FMS) de su contraparte estadounidense. Más aún, el país estaría dispuesto a saltarse el proceso formal de una licitación abierta a diversos candidatos con la esperanza de contar con la aprobación formal del Gabinete para el año próximo, lo que permitiría acelerar tiempos en un proceso que inició en 2023 con la publicación de las primeras Solicitudes de Información (RFI).
En relación con esto último, cabe recordar que la RFI apuntaba a la obtención de información en torno a cinco ejes principales, a saber: los propios helicópteros, plataformas no tripuladas capaces de complementarlos, el soporte logístico a lo largo de su tiempo en servicio para la Armada, los sistemas de entrenamiento correspondientes y los sistemas de apoyo de misión. Además, se indicó que las unidades deberían garantizar una vida útil de al menos 25 años y la posibilidad de operar desde las fragatas con las que cuenta la institución. Hacia el final del proceso, el candidato de Sikorsky compitió y venció al modelo NH-90 de Airbus, que buscaba traccionar su oferta aprovechando la familiaridad de Nueva Zelanda con una flota de helicópteros incorporados a partir de 2005.

Por otra parte, no resulta menor el hecho de que las Fuerzas Armadas de Australia operen al helicóptero MH-60R desde el año 2014, contando con un total de 23 ejemplares en servicio a fechas actuales. Tal y como expresaba la propia ministra Collins: “Estos cinco Seahawks aumentarán la capacidad ofensiva y defensiva y el alcance de vigilancia de las fragatas de la Marina Real de Nueva Zelanda y garantizarán que seamos interoperables con nuestro aliado Australia y otras fuerzas de defensa asociadas (…) Hemos sido muy claros: siempre que podamos, compraremos lo mismo que Australia, a menos que haya una razón clara para no hacerlo.”
Por último, ha de mencionarse que esta compra también llegará acompañada por una inversión de 620 millones de dólares neozelandeses en el arrendamiento por seis años de dos aeronaves Airbus A321XLR, incluyendo dicho acuerdo una futura opción de compra; siendo el objetivo sustituir a los mas antiguos Boeing 757-2K2 de transporte estratégico. Al igual que la llegada de los MH-60R, la adquisición se convierte en una de las primeras anunciadas para el DCP, en el cuál se invertirán mas de 12.000 millones de dólares en diferentes compromisos.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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