Con una ceremonia cargada de simbolismo y despedidas familiares, el submarino SS-20 Thomson de la Armada de Chile zarpó desde la Base Naval Talcahuano para integrarse, durante cinco meses, a operaciones de la Tercera Flota de la Armada de Estados Unidos (US Navy) en San Diego, California, en el marco del ejercicio internacional Diesel Electric Submarine Initiative (DESI).
El acto fue presidido por el Vicealmirante Raúl Zamorano, Jefe del Estado Mayor General de la Armada, acompañado por el Contraalmirante Arturo Oxley, Comandante en Jefe de la Segunda Zona Naval, y el Contraalmirante Federico Saelzer, Comandante en Jefe de la Fuerza de Submarinos. Este último subrayó el profesionalismo y preparación que distinguen al arma submarina chilena, destacando que el programa incluye entrenamiento en guerra antisubmarina, operaciones combinadas, control del mar y rescate submarino.
Bajo el mando del Capitán de Fragata Gonzalo Álvarez y con una dotación de 45 tripulantes, el Thomson completó un intenso ciclo de alistamiento técnico y logístico con apoyo de ASMAR Talcahuano antes de su despliegue. “Es una operación bianual de alta exigencia y gran valor para nuestra Fuerza de Submarinos, que refuerza nuestras capacidades y la interoperabilidad con una marina de primer orden”, afirmó Álvarez antes de zarpar.
Chile participa en el DESI de manera ininterrumpida desde 2006, consolidando un entendimiento operacional con Estados Unidos y fortaleciendo la cooperación en un espacio geoestratégico compartido: el Pacífico.
El Diesel Electric Submarine Initiative es mucho más que un intercambio de cortesía naval. Nació como respuesta de la Marina de Estados Unidos a la necesidad de entrenar con submarinos convencionales —de menor firma acústica que los nucleares—, los cuales representan un desafío realista para sus fuerzas antisubmarinas.
Para Chile, participar en el DESI implica entrenamiento en escenarios de alta complejidad como combate antisubmarino contra unidades de superficie, submarinos nucleares y aeronaves ASW de última generación; prueba y validación de procedimientos desde tácticas de evasión y ataque, hasta operaciones de rescate submarino bajo protocolos OTAN; proyección estratégica y presencia prolongada en un teatro de operaciones clave del Pacífico, alineada con los intereses de seguridad marítima compartidos con EE. UU., además reforzar la confianza mutua y la imagen de Chile como socio confiable en operaciones multinacionales.
La experiencia acumulada en casi dos décadas de participación ha permitido a la Armada de Chile mantener una Fuerza de Submarinos altamente entrenada, capaz de integrarse de forma fluida con marinas de primer nivel. En un contexto donde el control del mar y la disuasión son factores críticos, el DESI se consolida como una herramienta clave para proyectar capacidades y generar valor estratégico más allá del ámbito estrictamente táctico.
*Fotografías: Armada de Chile.
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