En la guerra moderna, ver primero ya no es una ventaja: es la diferencia entre sobrevivir o ser derribado. En Iberoamérica, el concepto de vigilancia aérea anticipada y control del espacio aéreo ha dejado de ser exclusivo de potencias globales. Las Fuerzas Aéreas de México, Brasil y Chile hoy apuestan por plataformas AEW&C (Airborne Early Warning and Control) que, con distintos enfoques, buscan fortalecer su autonomía operativa en un entorno donde las amenazas son móviles, cambiantes y cada vez más tecnológicas.

Analizamos las tres principales cartas que hoy tiene la región: el E99 mexicano, el R99 brasileño y el E-3D Sentry chileno. Tres enfoques distintos para un mismo objetivo: tener ojos en el cielo cuando nadie más los tiene.
México y el E-99: vigilancia con sentido táctico
México apostó por una plataforma probada, de bajo costo operativo y adecuada para amenazas no convencionales. El E99, desarrollado sobre el jet regional Embraer ERJ-145, integra el radar Erieye de Saab, una solución de cobertura lateral que ha demostrado ser eficaz en ambientes de baja densidad de amenazas aéreas.
Capacidades técnicas clave
El E99 es un cazador silencioso. Aunque no ha sido empleado en escenarios de guerra formal, su utilidad en misiones de interdicción aérea, vigilancia fronteriza y control del espacio sobre rutas del narcotráfico ha sido constante.
Dentro de sus principales características se encuentran, un radar de alcance lateral estimado en 450 km, una autonomía de vuelo de entre 6 y 7 horas e interoperabilidad táctica gracias a enlaces de datos y comunicaciones seguras.
Sostenimiento
La gran ventaja mexicana es logística: se trata de una plataforma civil, fácil de mantener, con soporte activo por parte de Embraer. Pero hay una debilidad latente: el radar sueco Erieye requiere soporte técnico europeo, y cualquier alteración geopolítica en esa cadena puede generar cuellos de botella críticos. Especialmente si consideramos los actuales escenarios en los que se encuentra Europa, con una guerra regional y una amenaza real a su soberanía por parte de Rusia.
Brasil y el R-99: un AEW&C con sello nacional

Brasil lleva la delantera en experiencia. Desde los años 2000, cuando lanzó el programa SIVAM para proteger la Amazonía, la Força Aérea Brasileira incorporó el R99, una versión mejorada del E99, con sensores ELINT y SIGINT, además del mismo radar Erieye.
El R99 ha volado sobre el Amazonas, la frontera seca y escenarios internacionales como CRUZEX, Saber Strike y operaciones de apoyo a la ONU. No es solo un avión de vigilancia; es un centro de recolección y procesamiento de inteligencia táctica en tiempo real, con capacidades de integración de inteligencia electrónica y de señales, un radar look-down/shoot-down y una no despreciable autonomía extendida de hasta 9 horas de operación continua.

Sin embargo, su mayor ventaja está en su sostenibilidad operativa, donde Brasil juega con ventaja: Embraer está en casa. Esto ha permitido desarrollar una cadena de mantenimiento y modernización completamente nacional. El R99 ya está en proceso de evolución hacia la versión E-99M, que incluye aviónica moderna, mejoras en sensores y gestión de datos. Una jugada a largo plazo que busca mantener su plataforma vigente más allá de 2035.
Chile y el E-3D Sentry: poder estratégico probado en combate
En 2022, la FACh sorprendió con una movida estratégica: adquirió el E-3D Sentry, ex RAF. Con esta incorporación, Chile se convirtió en el único país de Sudamérica con una plataforma AEW&C de capacidad estratégica comprobada en combate real.

Las características y el currículum de combate de esta aeronave son sobresalientes, con un radar Radar AN/APY-2 en cúpula giratoria (rotodome) con cobertura 360°,detección a más de 600 km, hasta 10 horas de autonomía, ampliables con reabastecimiento aéreo y la capacidad para comando y control conjunto aire-mar, el Sentry es un coloso que no necesita mayor presentación, ya que ha estado en los diferentes teatros de operaciones desde hace más de treinta años.
Desde la Guerra del Golfo (1991) coordinó toda la campaña aérea aliada; en Kosovo (1999) fue el mando aéreo OTAN en la operación Allied Force; en Afganistán e Irak fue el nodo principal de control del espacio aéreo. Además de la constante vigilancia sobre Europa y el Atlántico Norte en misiones OTAN.




Pero su principal fortaleza, es también una de sus principales debilidades. El sostenimiento. La celda Boeing 707 está en el ocaso logístico. El soporte técnico de Boeing y la OTAN ha extendido su vida útil, pero mantenerlo en vuelo es caro, complejo y dependiente de piezas escasas. Sin embargo, lo que pierde en simplicidad logística, lo gana en capacidad de mando, interoperabilidad y conciencia situacional de teatro de operaciones. Chile, al tenerlo, juega en ligas mayores al incluir en su flota una plataforma con características técnicas y antecedentes de combate probados.
Una región, tres visiones
El análisis deja claro que cada país eligió en función de su realidad:
- México necesita una plataforma flexible y de bajo costo para amenazas irregulares. El E99, que cumple con la función para la que fue desarrollado.
- Brasil desarrolló un sistema nacional robusto, con soberanía tecnológica. El R99, pronto E-99M, son reflejo de esa visión.
- Chile, en cambio, optó por tener una capacidad estratégica lista para escenarios de alta intensidad. El Sentry no es fácil de operar, pero en Iberoamérica nadie tiene algo similar.
Sin embargo, el principal desafío será en los próximos años, en modernizar sensores, capacitar operadores y mantener viva la logística. Porque en un mundo donde la primera amenaza puede llegar sin aviso, tener ojos en el cielo no es opcional: es el primer escudo de una nación soberana.
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Los E-99 brasileños ya se han modernizado, y la FAB recibirá el último avión en 2023.
Se actualizó la aviónica, reduciendo el número de operadores de 7 a 3 gracias a la automatización.
Además, se reemplazó la aviónica, que antes era más grande, y con el tiempo se volvió más pequeña y ligera, lo que permitió aumentar la capacidad del tanque de combustible y, por consiguiente, el alcance de la aeronave.
Otra novedad fue la actualización del Erieye a la versión ER, la misma utilizada en el GlobalEye, capaz de detectar aeronaves a 700 km. La versión anterior permitía detectar objetivos aéreos y navales, mientras que la versión ER también permite detectar objetivos terrestres.
También se añadieron sistemas de autodefensa, como detectores láser y de radar, capaces de lanzar señuelos y bengalas.