En los últimos días, se dio a conocer que el portaaviones nuclear Charles de Gaulle (R91) de la Marina Nacional francesa fue vigilado de cerca por la Armada del Ejército Popular de Liberación de China (PLAN) durante su más reciente despliegue por el Indo-Pacífico. En paralelo, Pekín denunció una excesiva presencia naval de este país y aliados occidentales en la región del Asia-Pacífico, superando – según sus palabras – el alcance geopolítico definido por la OTAN y su área de acción circunscripta al Atlántico Norte.

Para comprender el trasfondo, hacia finales de noviembre del 2024, el Grupo de Ataque (CSG) del portaaviones nuclear Charles de Gaulle dio por comenzado uno de los despliegues más importantes de la Marina Nacional de los últimos años, bajo la designación de Clemenceau 2025. A lo largo de esta navegación, que alcanzó los cinco meses de duración, los buques franceses tuvieron como objetivo fortalecer los vínculos con naciones aliadas de la región mediterránea y del Indo-Pacífico, donde también realizaron ejercitaciones militares.

El CSG estuvo encabezado por el portaaviones nuclear Charles de Gaulle, tres fragatas (presumiblemente de la clase Aquitania y Horizon en variantes antisubmarinas y antiaéreas), un submarino de ataque de propulsión nuclear y un buque de reabastecimiento de combustible. A esta flotilla, se sumó el correspondiente Grupo Aéreo Embarcado del portaaviones, compuesto por cazas embarcados Rafale M y aviones de alerta temprana E-2C Hawkeye; dando cuenta también la participación de una aeronave de vigilancia marítima Atlantique 2, la cual operó desde bases en tierra.

Durante el mes de febrero el Charles de Gaulle navegó por las aguas del Indo-Pacífico, donde tuvo la oportunidad de ejercitarse con el portaaviones de la Armada de EE. UU., el USS Carl Vinson (CVN 70), y el portahelicópteros JS Kaga de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón, a lo largo y ancho del Mar de Célebes y el Mar de Filipinas el martes 18 del mismo mes. En simultáneo, la Armada del Ejército Popular de Liberación de China (PLAN) mantuvo una vigilancia activa sobre el grupo de tareas francés, considerando la sensibilidad estratégica del área para los intereses del Gigante Asiático y su política de defensa regional.

Según lo expresado por una fuente de la Marina Nacional francesa al medio Naval News, mientras las unidades atravesaban el Estrecho de Luzón, un paso marítimo estratégico que conecta el mar de Filipinas con el Mar de China del Sur de China, una fragata no identificada de la Armada del Ejército Popular de Liberación de China siguió y vigiló de cerca la travesía de la fuerza naval.

Al respecto, el coronel Zhang Xiaogang, y portavoz del Ministerio de Defensa de China, expresó en respuesta a la presencia naval francesa en la región que “… Nos oponemos firmemente a que la OTAN utilice a China como excusa para ‘expandirse hacia el este en el Asia-Pacífico’ y urgimos a la OTAN a que reflexione sobre su comportamiento, cambie de rumbo y contribuya más a la seguridad y estabilidad globales.”

Posteriormente, el portaaviones francés participó en otro ejercicio militar con las Fuerzas Armadas filipinas en aguas del Mar del Sur de China, antes de hacer escala en Subic Bay, cerca de Manila. Durante la operación, imágenes satelitales mostraron que el portaaviones chino Shandong (CV-17) no se encontraba en su puesto base en la provincia de Hainan, lo que sugiere que también estaba desplegado en esa región. Finalmente, tras cinco meses de despliegue, el portaaviones nuclear Charles De Gaulle de la Marina Nacional regresó al puerto de Tolón en Francia el 30 de abril.

Para el Ministerio de las Fuerzas Armadas francés: “Esta misión demostró el compromiso de Francia con la preservación de la libertad de navegación de acuerdo con el derecho internacional y le permitió interactuar con una veintena de países aliados o socios con ambiciones similares en una gama diversa de misiones, desde la seguridad marítima hasta operaciones conjuntas de alta intensidad entre varios portaaviones.

Como punto a resaltar, estos hechos se inscriben en una dinámica cada vez más frecuente de monitoreo, vigilancia y patrullaje marítimo por parte de China sobre unidades extranjeras que operan en el Indo-Pacífico. El seguimiento al Charles de Gaulle y sus escoltas refleja este interés estratégico del Gigante Asiático por controlar los accesos a espacios considerados sensibles como el Estrecho de Luzón y el Mar del Sur de China, como también su voluntad de demostrar sus capacidades militares mediante el despliegue regular alrededor de la isla de Taiwán y en otros puntos claves del Indo-Pacífico.

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