En una ceremonia de graduación celebrada en la Base Aérea Luke, ubicada en Arizona, Estados Unidos, los primeros dos pilotos de la Fuerza Aérea de Bélgica completaron con éxito el curso de instructores para operar los nuevos cazas furtivos F-35A Lightning II. Este hito marca un paso crucial en la transición de Bélgica hacia una flota de aviones de combate de quinta generación, que reemplazará progresivamente a sus actuales F-16 Fighting Falcon.

Como refuerzo a su compromiso con la defensa colectiva de la OTAN, en 2018 Bélgica anunció la adquisición de 34 nuevos F-35A fabricados por Lockheed Martin, en un acuerdo valorado en 6.530 millones de dólares. Esta decisión no solo moderniza sus capacidades aérea, sino que también consolida su cooperación estratégica con Estados Unidos.
Para junio de 2025, el primer F-35A que operara desde suelo belga se encontraba en su fase final de producción, preparándose para realizar vuelos de prueba y aceptación, con su llegada a la Base Aérea de Florennes prevista para finales de este año. Previamente, en 2024, el primer ejemplar de la Institución arribó a la Base Aérea Luke, donde pilotos, técnicos y personal logístico belga iniciaron su entrenamiento y familiarización con la nueva plataforma.
El pasado 18 de junio de 2025, dos pilotos belgas, identificados con los indicativos “SO6” y “Fridge“, culminaron un riguroso programa de formación de instructores en la Base Aérea Luke. Durante tres meses, combinaron instrucción teórica avanzada con entrenamiento práctico de vuelo, capacitándose tanto para operar el F-35 en escenarios de combate complejos como para entrenar a futuras generaciones de pilotos belgas.


Tras completar el curso, el General Frederik Vansina, Jefe del Estado Mayor de la Defensa (CHOD), reconoció su excepcional desempeño y les entregó personalmente sus insignias de instructor durante una visita a las instalaciones.
En los próximos meses, estos instructores asumirán la responsabilidad de guiar a los siguientes pilotos belgas en sus primeros vuelos con el F-35. Está previsto que, a partir de 2027, los F-35A operen desde la Base Aérea de Kleine-Brogel, completando así su despliegue definitivo en territorio belga.

En línea con este proyecto, el país planea incrementar su gasto en defensa hasta alcanzar el 2% de su PIB, conforme a los objetivos de la Alianza Atlántica. Para ello, se destinarán alrededor de 5.000 millones de euros, fondos que cubrirán no solo la adquisición de los aviones, sino también futuras actualizaciones de sistemas y el desarrollo de un proyecto europeo para gestionar su base de datos.
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