BAE Systems ha confirmado que el primer vuelo de su prototipo del futuro caza de sexta generación se mantiene programado para 2027, en el marco del ambicioso programa trinacional Global Combat Air Programme (GCAP), liderado por Reino Unido, Italia y Japón. La empresa británica reveló recientemente una imagen del diseño final del avión, que servirá como banco de pruebas clave para mitigar riesgos tecnológicos y validar capacidades críticas del sistema de combate aéreo que se espera entre en servicio en 2035.

El prototipo, que aún no ha sido oficialmente bautizado —aunque muchos especulan con que adoptará eventualmente el nombre “Tempest”—, presenta una configuración monoplaza con doble cola inclinada, dos motores y un fuselaje con líneas chined para mejorar sus propiedades furtivas. Destaca, además, un ala delta recortada de mayor tamaño respecto a los modelos previos, reflejando una evolución hacia un diseño optimizado para mayor alcance, velocidad y carga útil.

Aunque desde BAE Systems se evitaron comparaciones directas con la futura aeronave operativa del GCAP, los expertos coinciden en que el prototipo tendrá un tamaño considerable y empleará tecnologías avanzadas que marcarán el rumbo del desarrollo definitivo del caza. Sin embargo, no contará aún con las cabinas de realidad virtual ni pantallas panorámicas de última generación que se esperan en el modelo final, ya que su objetivo principal es evaluar características estructurales, aerodinámicas y de propulsión.

“El prototipo ya está construido en dos tercios de su peso estructural, con el fuselaje principal, alas y estabilizadores verticales tomando forma. En breve comenzarán las etapas de ensamblaje final, pruebas y validación para cumplir con la meta de volar en 2027”, explicaron desde la empresa británica. La aeronave incorporará componentes de plataformas existentes, como los motores EJ200 del Eurofighter Typhoon, en una estrategia que busca acelerar tiempos y reducir riesgos técnicos.

El programa GCAP, gestionado por la organización internacional GIGO, representa una alianza estratégica sin precedentes entre Reino Unido, Italia y Japón para diseñar un sistema de combate aéreo de sexta generación que garantice la superioridad tecnológica de estas naciones frente a amenazas emergentes. En junio, se formalizó la creación de la empresa conjunta Edgewing, integrada por BAE Systems, Leonardo y Japan Aircraft Industrial Enhancement Co., que será responsable del desarrollo completo del nuevo avión.

La sede central de Edgewing estará ubicada en Reading (Reino Unido), con instalaciones complementarias en Italia y Japón. Según lo anunciado, el objetivo es alcanzar la capacidad operativa inicial en 2035, con una vida útil estimada del sistema que se extenderá más allá de 2070.

Con más de 100 vuelos de simulador y más de 300 horas de pruebas ya completadas con 13 pilotos diferentes, el programa avanza a buen ritmo. La presentación del diseño final antes del Salón Aeronáutico de Farnborough 2024 y el inicio de la fabricación del prototipo marcan un hito importante en el desarrollo de la próxima generación de cazas, que se perfila como el pilar central de la defensa aérea de las próximas décadas. No así el otro rpoyecto europeo de gran envergadura, el FCAS de Alemania, Francia y España.

Alemania, España, Reino Unido e Italia son colaboradores directos del Eurofighter Typhoon. Sin embargo, los dos primeros países, se han asociado con Francia para el desarrollo de su próximo caza de sexta generación, mientras que los dos úlimos, como ya hemos visto, lo han hecho con Japón.

Estre proyecto entre Berlín, París y Madrid ha entrado en una serie crisis, dado que, Francia habría exigido quedarse con el 80% del proyecto, desatando un conflicto de interés con Alemania y España y, poniendo en duda la viabilidad del Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS por sus siglas en inglés). Esta situación es inaceptable para Alemania, donde el diputado Christoph Schmid ha indicado “Alemania no puede aceptar un proyecto donde aporte fondos para una aeronave francesa”.

Mientras que Alemania y Francia pelean diplomáticamente por el liderazgo del desarrollo de su caza de sexta generación, como se ha indicado en párrafos anteriores, el Reino Unido tendrá la producción del “Tempest”. Esta noticia sería bien recibida por la sociedad británica, especialmente los trabajadores del sector aeronáutico y los sindicatos asociados al ámbito, dado que hace algunas semana se había desatado la polémica en el país insular, por la compra de nuevos F-35 a los Estados Unidos, lo que implica directamente una reducción de la producción local del Eurofighter Typhoon, y por consiguiente, que haya menos trabajo.

*Imágenes a modo ilustrativo.

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