En los últimos días, dos portaaviones de la Armada del Ejército Popular de Liberación de China (PLAN) concluyeron uno de los despliegues más significativos y atípicos de los últimos años. Lo llamativo de esta operación no solo radica en la simultaneidad del despliegue del Liaoning (CV-16) y el Shandong(CV-17), sino en el inusual patrón de navegación adoptado, que los llevó a operar en zonas poco frecuentadas hasta el momento por la fuerza naval china, como las inmediaciones de archipiélagos japoneses y ampliad áreas del Pacífico occidental.

Este despliegue, que comenzó semanas atrás, representaría un nuevo hito en la estrategia de proyección marítima de China. Por primera vez, el Liaoning (CV-16) y el Shandong(CV-17) navegaron por rutas que se alejaron considerablemente del entorno habitual cercano a las costas chinas, incluyendo el tránsito por el Mar de Filipinas, con presencia confirmado en puntos sensibles como el paso entre Okinawa y Miyako. Esta expansión del radio de acción de los Grupos de Ataque de Portaaviones (CSG) del PLAN no solo marcó un precedente operativo, sino que activó respuestas de vigilancia por parte de las Fuerzas de Autodefensa de Japón (JSDF), que mantuvieron un estrecho seguimiento de las unidades chinas durante gran parte del despliegue.
Durante las semanas previas a la finalización de sus despliegues, ambos portaaviones realizaron extensas navegaciones por áreas clave del Pacífico Occidental. El Liaoning (CV-16) fue detectado a fines de mayo en las cercanías del norte de las islas Senkaku, en el Mar de China Oriental, y luego se dirigió hacia el sureste atravesando el paso entre Okinawa y las islas Miyako, rumbo al océano Pacífico. Esta navegación considerada “inusual” por ser la primera vez que se observó al portaaviones cerca de los archipiélagos mencionados, estuvo acompañada de ejercitaciones, como así también de despegues y aterrizajes de cazas y helicópteros pertenecientes al Grupo Aérea Embarcado de portaaviones.

Días después, un nuevo informe confirmó que el grupo de ataque del Liaoning se encontraba desplegado en una posición estratégica al este de la isla filipina de Samar y al oeste de Guam, marcando uno de los puntos más lejanos registrados hasta ahora por el portaaviones en aguas del Pacífico. Paralelamente, el Shandong (CV-17) desarrolló su propia actividad en áreas similares del Mar de Filipinas, coincidiendo por momentos con la presencia del Liaoning, lo que sugiere cierto grado de coordinación entre ambos CSG en escenarios marítimos de alta profundidad operativa.
Según lo informado por el Estado Mayor Conjunto de Japón, el portaaviones Liaoning y su grupo escolta- integrado por los cruceros CNS Nanchang y CNS Wuxi, los destructores CNS Qiqihar y CNS Tangshan, además del petrolero CNS Hulunhu- regresaron al Mar de China Oriental el viernes 21 de junio, tras 25 días de despliegue. El Shandong, por su parte, inició su tránsito hacia el Mar del Sur de China el lunes 23, luego de operar durante 16 días. Durante su despliegue, el portaaviones realizó alrededor de 420 operaciones aéreas entre despegues y aterrizajes de aviones de combate y helicópteros de los Grupo Aéreos Embarcados , según los datos divulgados por Tokio.

Este tipo de operaciones reflejaría un giro sustancial en la doctrina naval china. Tradicionalmente limitada a zonas cercanas a sus costas, la Armada del EPL muestra ahora una marcada voluntad de proyectar poder en el Pacífico Occidental, un espacio vital para el equilibrio estratégico en Asia. El hecho de que dos portaaviones chinos hayan operado simultáneamente más allá de la Primer Cadena de Islas – una línea geoestratégica clave que se extiende desde el sur de Japón hasta el estrecho de Malaca— representaría un mensaje directo hacia Estados Unidos y sus aliados en la región. Para los analistas, también se trataría no solo de una demostración de capacidad operativa extendida, sino también de un ensayo de escenarios que podrían formar parte de futuras operaciones disuasivas en el Indo-Pacífico.
Por último, cabe mencionar que este despliegue de los dos buques emblemas de la Armada china no solo constituye un avance técnico-operacional, sino que también marca un cambio simbólico: es la primera vez que la Armada china opera más allá de la Primera Cadena con dos de sus tres portaaviones activos, consolidando una postura naval más ambiciosa y autónoma.
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