Durante el curso de la semana pasada, la Fuerza Aérea de EE.UU. desplegó a uno de sus aviones de reabastecimiento KC-46A hacia Japón para ejercitarse junto a los cazas F-16 de la Base Misawa, demostrando las capacidades de la institución para proyectar medios de apoyo para operaciones aéreas a largas distancias. Acorde ha sido informado por canales oficiales, la aeronave fue tripulada por efectivos de la 9° Ala de Reabastecimiento Aéreo y de la 60° Ala de Movilidad Aérea, mientras que los mencionados F-16 pertenecen al 14º Escuadrón de Cazas (FS).

A grandes rasgos, el despliegue del KC-46 ha sido descrita como parte de un ejercicio más amplio que tiene por objetivo principal mejorar las capacidades y agilidad del 14° Escuadrón de Cazas, apuntando a validar su capacidad de despliegue rápido en cualquier punto de la región del Indo-Pacífico. El envío de la que es la plataforma de reabastecimiento más moderna de la Fuerza Aérea estadounidense contribuyó enormemente a dicha meta, permitiendo que los F-16 amplíen de forma considerable su rango de acción, a la vez que certifican su propia capacidad de proyección a nivel global.

Al respecto se manifestó el teniente coronel Bradford Waldie, quién se desempeña como director de operaciones del 14° Escuadrón de Cazas, afirmando: “La distancia es el mayor desafío para proyectar poder en el Pacífico. Contar con un avión cisterna disponible con poca antelación no solo prolonga la capacidad de la misión, sino que, en muchos escenarios de combate que enfrentamos, tener un avión cisterna disponible es absolutamente necesario para el éxito de la misión. Ver al KC-46 despegar con éxito desde la Base Aérea Travis y reunirse con nosotros a tiempo después de una salida de 10 horas genera confianza en nuestra capacidad para superar el desafío de la distancia y proporcionar potencia de combate donde sea necesario en el área de responsabilidad.

Cabe recordar sin embargo, que los mencionados aviones KC-46 de Boeing en fechas recientes fueron noticia por la detección de fallas técnicas que impidieron su entrega a la Fuerza Aérea de EE.UU., derivando además en un proceso de revisión que afectó a las 89 aeronaves con las que contaba la institución en su inventario. En aquella ocasión, el fabricante había detectado una serie de grietas en las bisagras de los alerones de cuatro ejemplares previo a su transferencia a la fuerza, indicando que si bien no representaban un problema de seguridad en vuelo, debían ser reparadas previo a su entrega.

Ello se suma a una lista de antecedentes previos que han minado el proceso de incorporación de los KC-46 como reemplazantes de sus mas antiguos KC-135 Stratotanker. En evaluaciones operativas de la plataforma, ya habían sido denotados problemas de software y en su sistema de reabastecimiento, entre otros aspectos relevantes que pusieron en duda la idoneidad del diseño para la labor encomendada.

La cuestión también afectó las posibilidades de exportar la aeronave hacia socios extranjeros de los EE.UU., siendo un ejemplo ilustrativo de ello el caso de Italia, que a mediados de 2024 suspendió la compra de los nuevos KC-46 que debían reemplazar a sus aviones cisterna Airbus A330 MRTT. Argumentando su decisión, la Aeronautica Militare planteó que se trataba de una plataforma demasiado costosa (unos 1.100 millones de euros por unidad) y también de un diseño con seis fallas de “categoría 1” según la clasificación de la propia Fuerza Aérea estadounidense; implicando riesgos tanto para la tripulación como para la propia integridad de la aeronave.

*Imagen de portada: aviador senior Robert Nichols

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