Un informe reveló que el Pentágono busca reducir las entregas previstas de nuevos cazas furtivos F-35, afectando a los pedidos destinados a la Armada (US Navy) y Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF). Teniendo como horizonte los nuevos programas que se están desarrollando, como el futuro caza de sexta generación Boeing F-47, sumado a los costos que ello implica, el Departamento de Defensa buscaría ralentizar las entregas. Debe mencionarse que la medida aún debe ser revisada, debatida, y aprobada por el Congreso estadounidense.

Hoy en día, siendo uno de los cazas más modernos en el arsenal de Estados Unidos, una serie de documentos revelan que el Pentágono propondría que para el año 2026 que la Fuerza Aérea de EE. UU. reciba solo 24 aviones, en lugar de los 48 previamente acordados. Mientras que la cantidad para la Armada se reduciría de 17 a  12, y el Cuerpo de Marines vería recortadas dos unidades, aunque no está claro si esto implica menos F-35B, F-35C o una combinación de ambos. La Fuerza Aérea ahora planea obtener fondos por USD 3.500 millones para el avión F-35, y otros USD 531 millones para la adquisición anticipada de materiales para el mismo, según el informe.

Teniendo en cuenta que la Fuerza Aérea de EE. UU. se encuentra en pleno desarrollo del caza de próxima generación Boeing F-47, el Departamento de Defensa (DoD) estaría buscando proteger las inversiones tanto de este programa como de otros, así como también de sistemas asociados de aeronaves de combate colaborativas. Si bien aún la medida debe ser aprobada por el Congreso, aún no queda claro si el Congreso podría rechazas la solicitud e incluso ajustar el presupuesto del DoD para mantener los volúmenes.

Esto último va de la mano con el importante costo y los retrasos que ya sufrido el programa del caza furtivo de quinta generación, tanto en su introducción como en las actualizaciones pendientes, lo que ha llevado a que se convierta en un objetivo de críticas. Solo con mencionar el retraso de la actualización del software TR-3, se generó a nivel mundial una demora que tuvo como consecuencia la acumulación de un stock en las instalaciones de Lockheed Martin sin precedentes. El contratista de defensa entregó un total de 110 aviones de combate F-35 a Estados Unidos y sus aliados en 2024.

Analistas señalan que al demorarse las adquisiciones de F-35, el Departamento puede beneficiarse de futuras mejoras para los F-35. Por su parte, Lockheed Martin ha propuesto una mejora tecnológica, llamada “F-35 sobrealimentado”, que aprovecha avances desarrollados bajo el programa de Dominio Aéreo de Nueva Generación (Next Generation Air Dominance, NGAD). El CEO Jim Taiclet afirmó que espera que esta versión pueda ofrecer el 80% de las capacidades del F-47 a solo el 50% del costo.

Sin embargo, otros programas de adquisición de la Fuerza Aérea experimentarían aumentos considerables si se aprueba el proyecto de ley. La propuesta de presupuesto base incluye USD 2.600 millones para el programa del bombardero furtivo B-21, que recibiría otros USD 2.100 millones en el proyecto de ley de conciliación, y otros 862 millones de dólares para la “adquisición anticipada” del bombardero. El presupuesto base también financiaría la compra de 15 de los problemáticos aviones cisterna KC-46 y 14 aviones de entrenamiento T-7.

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