La más grande operación de búsqueda de los últimos tiempos en el país culminó tristemente este jueves, al hallarse el cuerpo de la piloto Ashley Vargas Mendoza junto al avión KT-1P en las profundidades del mar de Paracas, en la región Ica, por parte de un remolcador de la Marina de Guerra del Perú. Esta noticia causa profunda tristeza no solo en la comunidad de las Fuerzas Armadas sino también en la población en general que siguió los esfuerzos de salvamento de quien fuera primer puesto de su promoción 2022.
La Fuerza Aérea del Perú (FAP) informó que la aviadora, quien la tarde del pasado 20 de mayo desapareció mientras realizaba su última misión del programa de instrucción básica de vuelo, aún estaba sujeta a su asiento eyectable. Dijo que el hallazgo es resultado del trabajo conjunto de unidades especializadas, como los buques oceanográficos, patrulleras marítimas y buceadores de salvamento de la Marina de Guerra del Perú, que rastrearon el fondo marino.
Fue precisamente el BAP Morales (RAS-180) de la Marina de Guerra, un remolcador auxiliar de salvamento, quien al mediodía de hoy fue informado por sus hombres-rana de la ubicación de los restos a 25 metros de profundidad.
La FAP también detalló que, previamente, sus propios buzos de la Escuela de Supervivencia en el Mar habían detectado rastros de combustible de aviación en la zona, lo que permitió concentrar los esfuerzos en un sector más acotado.
Inicialmente, el fuerte oleaje y la oscuridad del mar de esta temporada del año, entre otros factores, dificultaron el rastreo en el que participaron aviones, helicópteros, lanchas, así como patrullas por tierra y grupos de voluntarios.
En cuanto a la aeronave, se trata de un producto de Korean Aerospace Industries (KAI), adquirido en número de 20 unidades, de las que 16 fueron coproducidas en el SEMAN Perú como parte de un convenio de transferencia tecnológica.
Los “Torito” pertenecen al Grupo Aéreo No. 51 con sede en la Base Aérea de Pisco (237 kilómetros al sur de Lima), durante décadas el hogar de los bombarderos BAC Canberra y hoy moderno centro de formación de pilotos de la FAP.
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