A más de seis meses de que fueran comprometidos como parte de un paquete de asistencia militar dirigido a las Fuerzas Armadas de Ucrania, un lote de 49 tanques M1A1 Abrams pertenecientes a Australia aún no han sido enviados, lo que acorde manifiestan funcionarios de Canberra familiarizados con el asunto se debe a las resistencias de EE.UU. para avanzar con la transferencia. Particularmente, los tanques forman parte de una asistencia por mas de 245 millones de dólares anunciado por el gobierno australiano en octubre del año pasado, cuyo Ejército ya cuenta con buena parte de la flota de nuevos tanques M1A2 SEPv3 Abrams adquiridos en 2022 para reemplazar a las mencionadas unidades prometidas a Kiev.
La noticia fue dada a conocer por la cadena local ABC, en cuyo informe de las demoras en la entrega de los tanques afirma que la problemática habría tomado fuerza al momento que el actual presidente estadounidense, Donald Trump, decidiera congelar la asistencia militar hacia Ucrania; decisión posteriormente revertida como parte de un acuerdo de alto al fuego. Cabe recordar en este punto, que si bien los ejemplares estaban en manos del Ejército Australiano, es necesario que Washington emita su autorización para proceder en una transferencia de este tipo, la cuál hasta el momento no ha llegado a manos de las autoridades de Canberra.
Además, funcionarios del Ministerio de Defensa de Australia han declarado anónimamente que a día de hoy se duda respecto de si este envío sería verdaderamente de utilidad para el esfuerzo de guerra ucraniano, considerando los altos costes logísticos asociados a su uso y mantenimiento. Agregado a ello, manifestaron: “Empezamos a dudar de si los ucranianos realmente quieren estos vehículos: el techo del tanque es el punto más débil del Abrams y esto es una guerra de drones.”
Por otra parte, los funcionarios de la cartera de defensa que fueron consultados, hablaron de la posibilidad latente de que las partes en guerra logren alcanzar un acuerdo de paz que torne inútil el envío de unidades; arguyendo además que se carece del personal necesario para supervisar el envío a través de barcos. Ha de mencionarse, sin embargo, que Ucrania no se encuentra actualmente en una posición militar ventajosa para encarar las negociaciones en condiciones deseables, mientras que Rusia se ha mostrado reticente a aceptar las propuestas de paz que pondrían un cierre a la guerra iniciada en 2022 por considerar que estas no atienden sus principales demandas políticas y de seguridad.
Además, en detrimento de la débil posición negociadora de Ucrania, los EE.UU. (a través del vicepresidente JD Vance) ya han dado a conocer públicamente su postura diametralmente opuesta respecto de pensar en un conflicto prolongado que derive en el colapso ruso. Por el contrario, afirmó que es uno de los objetivos principales de la administración republicana el poner fin a la guerra lo antes posible, lo que torna difícil poder pensar en una rápida autorización a Australia para que envíe sus tanques. A pesar de ello, aunque sin brindar mayores detalles, la postura oficial de Canberra sigue siendo “cumplir con la entrega del M1A1 Abrams en 2025“.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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Decir que los tanques son innecesarios a día de hoy es estúpido. Ciertamente el conflicto actual ha demostrado la gran vulnerabilidad de estos a los sistemas ante blindaje actuales, siendo destacados los drones como evidenciamos continuamente. Dicho esto si los tanques no fueran relevantes, Rusia no continuaría enviándolos al frente, eso sin mencionar que la debilidad en la parte superior del tanque no es una característica meramente de los tanques Abrams sino de cualquier otro tanque de batalla actual y seguramente también en futuros diseños. Salvo que los ucranianos hubiesen expresado un rechazo en su adquisición, lo cual es prácticamente imposible, esta situación se ve de meramente a la complicidad de Trump y su evidente complicidad con Putin desde incluso antes del inicio del conflicto.