El nuevo informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), publicado el 28 de abril, confirmó que la inversión global en materia de Defensa global alcanzó los 2718 mil millones de dólares en 2024, lo que representa un aumento interanual del 9,4 %, el más alto desde el fin de la Guerra Fría. En contraste con esta tendencia de rearme generalizado, Argentina continúa profundizando su deterioro presupuestario en materia de Defensa, con una inversión equivalente al 0,62 % de su Producto Bruto Interno, marcando una tendencia decreciente y uno de los más reducidos de toda Sudamérica, e impactando negativamente en sus Fuerzas Armadas

El incremento se registró en todas las regiones del mundo, aunque con particular intensidad en Europa y Medio Oriente. En el primer caso, el conflicto en Ucrania y los compromisos de rearme asumidos por países de la OTAN impulsaron un crecimiento del 17 % en el gasto continental. Alemania elevó su presupuesto un 28 %, mientras que Polonia lo incrementó en un 31 %. Israel, por su parte, aumentó su inversión militar un 65 %, en el contexto de su ofensiva en Gaza y la tensión creciente con Hezbolá.

En Asia-Pacífico, China consolidó su lugar como segundo mayor gastador mundial, con 314 mil millones de dólares, mientras Japón y la India también incrementaron sus asignaciones. En América del Norte, Estados Unidos mantuvo su posición como el mayor inversor global en Defensa, con 997 mil millones de dólares, lo que representa el 37 % del gasto total.

Gasto militar mundial, por región, 1988–2024 – SIPRI

La situación de Argentina

En este contexto de rearme acelerado, el informe del SIPRI destaca el contraste que representa Argentina: en 2024, el país destinó solo el 0,62 % de su Producto Bruto Interno a Defensa, Esta cifra lo sitúa como el país sudamericano con menor esfuerzo relativo en la materia, incluso por debajo de economías de menor escala.

Elaboración propia en base a los datos del SIPRI

A lo largo de las últimas dos décadas, el presupuesto destinado a Defensa en la Argentina mostró una tendencia decreciente sostenida. Según los datos del SIPRI, entre 2007 y 2011 el gasto osciló entre el 0,76 % y el 0,89 % del PBI. A partir de 2012, se registró una breve recuperación, alcanzando un pico relativo del 0,88 % en 2014. Sin embargo, desde entonces se observa una caída progresiva: del 0,85 % en 2015 se pasó al 0,73 % en 2017, al 0,63 % en 2021, y finalmente al 0,62 % en 2024, el valor más bajo de toda la serie.

La comparación regional es contundente. En el mismo año, Colombia invirtió el 3,36 % de su PBI en Defensa, Ecuador el 2,22 %, Uruguay el 2,31 %, Chile el 1,58 %, Bolivia el 1,37 %, Brasil el 0,97 %, Paraguay el 0,93 %, Perú el 0,91 % y Guyana el 0,87 %. Es decir, Argentina no solo se ubica al margen de la media internacional —que, según el SIPRI, fue del 2,5 % del PBI global— sino que también ocupa el último lugar entre los países de su subregión.

Comparación regional portcentaje del Gasto en Defensa en el PBI – Elaboración propia en base a los datos del SIPRI

Este subfinanciamiento persistente tiene consecuencias estructurales. Aunque durante el último año se concretaron algunos hitos, como la compra de cazas F-16 a Dinamarca, las Fuerzas Armadas argentinas identificaron una serie de proyectos estratégicos pendientes de resolución, que abarcan desde la incorporación de nuevos sistemas de armas hasta el reemplazo de medios logísticos, aeronaves de transporte y capacidades submarinas. La mayoría de estas iniciativas dependen de decisiones políticas aún no adoptadas o de líneas de financiamiento que no han sido garantizadas en el marco presupuestario nacional.

La brecha entre las tendencias internacionales y la situación argentina se amplía año tras año. Mientras el mundo canaliza crecientes recursos hacia la defensa nacional, la Argentina sigue atrapada en problemas estructurales que limitan su presupuesto en Defensa. En términos relativos y absolutos, el país se encuentra cada vez más lejos de los estándares requeridos para mantener capacidades mínimas disuasorias, interoperabilidad regional o autonomía operativa.

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1 COMENTARIO

  1. Las estadísticas que marcan la inversión en la defensa de las FFAA Argentinas debería tener en cuenta que la reducción de interés ha empezado a manifestarse hace 50 años atrás por los partidos políticos. Quiero decir que la reducción comenzó después del conflicto Malvinas y, desde ahí, fué reduciéndose paulatinamente sin recuperación suficiente; es decir: teníamos 3 submarinos y hoy no tenemos ninguno; teníamos 55 aviones y hoy tenemos menos de 30; teníamos 9 corbetas y hoy tenemos menos de 6 en funciones…las proporciones quizás no son precisas pero dejan algún ejemplo.

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