Mientras las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y Corea del Sur dan comienzo a uno de los ejercicios militares combinados más grandes del año, Corea del Norte sorprendió a la región con un nuevo lanzamiento de misiles balísticos en las últimas horas. Estas pruebas con misiles se dieron en horas cercanas al mediodía con dirección hacia el Mar Amarillo. La semana pasada desde norcorea ya se había advertido nuevas provocaciones en respuesta al arribo del portaaviones USS Carl Vinson (CVN-70) de la Armada de EE. UU. a el puerto surcoreano de Busan.

Tras la suspensión de todo ejercicio con munición real debido al incidente donde cazas KF-16 de la Fuerza Aérea surcoreana bombardearon por error un área residencial, la Fuerzas Armadas de EE. UU. y Corea del Sur dieron por comenzado el ejercicio Freedom Shield. Como respuesta a ello, las Fuerzas Armadas de Corea del Norte lanzaron múltiples misiles balísticos de desde la provincia de Hwanghae hacia el Mar Amarillo. Alertados por el hecho, las autoridades surcoreanas señalaron que podrían haberse tratado de misiles de corto alcance, aunque esto no fue confirmado del todo. El último lanzamiento se había dado el pasado 14 de enero, antes de que asumiera el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Desde Corea del Norte además se emitió un comunicado que calificó al ejercicio como un “acto provocador peligroso” y además legitimó que las medidas de respuestas contundentes. Desde el Ejército de Corea del Sur se declaró que está vigilando de cerca las provocaciones, como lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales, entre otras, en cooperación con Estados Unidos.
El Freedom Shield se desarrollará hasta el 20 de marzo y marca el primer ejercicio a gran escalada desde que Trump asumió. Durante las próximas jornadas las actividades estarán concentradas en la defensa de la península coreana y mejorando la interoperatibilidad, con la premisa de estar en un contexto de guerra total contra Corea del Norte, según informó el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur. “El escenario de este año incorpora la evolución de las tácticas norcoreanas observadas en sus actividades militares, incluido el despliegue de drones, interferencias de GPS y ciberataques, particularmente en relación con el apoyo militar de Corea del Norte a Rusia”.

Por último, la semana pasada el portaaviones de propulsión nuclear USS Carl Vinson (CVN-70) de la Armada de los Estados Unidos arribó a Corea del Sur como parte de una visita programada dentro del área de operaciones de la Séptima Flota de EE. UU. Esto no solo reafirmó el compromiso militar estadounidense con socios de la región del Pacífico, como Corea y Japón, sino que también es una nueva muestra de las capacidades de proyección global de las Fuerzas Armadas norteamericanas en una región clave para la Política Exterior de EE. UU. como los es el Indo-Pacífico. Pero tampoco resulta extraño el arribo del Grupo de Ataque a Corea del Sur en el marco de las continuas tensiones que existen con Corea del Norte. Algunos días atrás, desde Pionyang se llevaron a cabo pruebas con misiles crucero para demostrar sus capacidades de contraataque.
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