La Armada de Filipinas avanzará en la ampliación de su flota de superficie, despúes que el gobierno filipino cerrara con Corea del Sur un nuevo contrato para la construcción de dos fragatas clase Miguel Malvar adicionales, reforzando así la cooperación bilateral en materia de defensa entre ambos países y consolidando a Seúl cómo uno de los principales proveedores militares de Manila. El contrato, valuado en aproximadamente 850.000 millones de wones (aproximadamente US$ 587 millones), fue anunciado por la Administración del Programa de Adquisiciones de Defensa (DAPA) surcoreana.

De acuerdo con lo informado oficialmente, el contrato fue adjudicado a la empresa HD Hyundai Heavy Industries, la que tendrá a su cargo la construcción de dos fragatas de 3.200 toneladas de desplazamiento, con entrega prevista a la Armada de Filipinas hacia el año 2029. La empresa surcoreana ya ha concretado con éxito la entrega de dos buques basada en el diseño original de las corbetas HDC-3100, y designadas oficialmente por la fuerza como fragatas.
Continuidad de un programa clave para la Armada de Filipinas
Este nuevo acuerdo se apoya en la experiencia y confianza alcanzan entre ambos países en el ámbito de la construcción naval. En el año 2016, Filipinas firmó un primer contrato para la adquisición de dos fragatas clase José Rizal, entregados en 2020 y 2021, buques del orden de las 2.600 toneladas de desplazamiento y que actualmente se encuentran en servicio activo. Sobre esa base, Manila avanzó luego con el Programa Miguel Malvar, orientado a incorporar plataformas más modernas y mejor adaptadas a las necesidades de patrulla, disuasión y presencia naval en el Mar del Sur de China.
Con estos antecedentes, la Armada de Filipinas incorporó recientemente la primera y segunda unidad de la clase Miguel Malvar, ambas construidas en Corea del Sur, lo que permitió dar un salto cualitativo en términos de capacidades de superficie, sensores y sistemas de combates respecto de buques más antiguos de la flota.
Características generales y rol operativo
Las unidades de la clase Miguel Malvar, con un desplazamiento en torno a las 3.200 toneladas, están diseñadas para cumplir misiones de vigilancia marítima, escolta, guerra antisuperficie y presencia disuasiva en un entorno regional cada vez más disputado.
La elección de Corea del Sur como socio estratégico no solo se explica por el costo y las prestaciones de las plataformas, sino también por el paquete de apoyo logístico, mantenimiento y transferencia de capacidades ofrecido por la industria naval surcoreana, un punto destacado por la propia DAPA al anunciar el acuerdo.

Otros programas navales en curso
Por último, la ampliación en el número de unidades de la clase Miguel Malvar se inscribe en una cooperación más amplia entre Manila y Seúl en el ámbito naval. En paralelo a este programa, la Armada de Filipinas también avanza en la incorporación de patrulleros oceánicos construidos en Corea del Sur, destinados a reforzar las tareas de control marítimo, vigilancia y patrullado a fin de proteger la zona económica exclusiva y garantizar la seguridad en alta mar.
*Fotografías empleadas a modo de ilustración – Armada de Filipinas.
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