La fragata HMS Lancaster, una de las unidades más veteranas de la Real Armada británica, arribó por última vez a Bahréin, marcando el cierre de su vida operativa y el fin de una presencia permanente significativa del Reino Unido en el Golfo Pérsico. Su retiro se producirá sin un buque de reemplazo inmediato, profundizando la reducción del despliegue naval británico en Medio Oriente.
Durante su arribo final, la HMS Lancaster enarboló su paying-off pennant (banderín de pago), una insignia cuya longitud refleja sus 34 años de servicio. La fragata fue recibida con una salva de 34 cañonazos y con el acompañamiento musical de la Banda de los Royal Marines de Su Majestad. Tras completar 4.097 días en el mar y recorrer aproximadamente 816.000 millas náuticas, la unidad apagó sus motores por última vez en la región.

Botada en 1990 por la reina Isabel II y comisionada en 1992, la HMS Lancaster fue la cuarta fragata Tipo 23 construida para la flota. Diseñada principalmente para la guerra antisubmarina, desarrolló a lo largo de su carrera un amplio abanico de misiones, que incluyeron operaciones de seguridad marítima, lucha contra el narcotráfico, escolta de buques comerciales y evacuación de civiles. En sus últimos tres años, operó desde la UK Naval Support Facility en Bahréin.
El comandante Sam Stephens, último oficial al mando del buque, calificó el momento como “un orgullo” al señalar: “Un momento de orgullo como último oficial al mando, al poner al HMS Lancaster al lado por última vez, marcando el final de una larga e ilustre historia de éxito operativo y vínculos con la difunta Reina Isabel II”. Añadió que el desempeño reciente del buque demostró que “continúa operando al mismo estándar excepcional que cuando fue comisionado”.
En la misma línea, el Comandante de la Flota, el vicealmirante Steve Moorhouse, quien comandó la fragata entre 2011 y 2013, afirmó: “Habiendo tenido el privilegio de comandar el Lancaster yo mismo, es profundamente conmovedor estar a bordo para su última entrada al puerto después de 34 años de servicio excepcional”. También destacó el papel desempeñado por la dotación y sus familias en el cierre del ciclo operativo de la nave.
La salida de la HMS Lancaster tiene implicancias estratégicas más amplias. La Real Armada británica mantenía de forma casi continua una fragata desplegada en el Golfo desde 2019, y previamente había sostenido una presencia relevante en la región desde los años 80 con la denominada Armilla Patrol. Sin embargo, desde 2024 ese despliegue comenzó a reducirse de manera acelerada, con el retiro de unidades de apoyo de la Real Flota Auxiliar y la disminución de medios de guerra de minas.
Actualmente, no hay buques disponibles para reemplazar a la HMS Lancaster en Medio Oriente. La fragata alcanzó el final de su vida útil y su certificación técnica, regulada bajo normas de Lloyd’s aplicadas a la mayoría de los buques de la flota, expira próximamente. Extender su servicio implicaría riesgos operativos y costos elevados, por lo que no estaba contemplado un nuevo reacondicionamiento.
Con su retiro, la Real Armada británica quedará con solo siete fragatas en servicio activo. Si bien se contempla que una futura fragata Tipo 31 pueda ser desplegada en Bahréin, los plazos de construcción y pruebas hacen poco probable su llegada antes de mediados de 2027. En ese contexto, el Reino Unido enfrenta un período de transición marcado por limitaciones en la disponibilidad de escoltas y una redefinición de prioridades geográficas.

La HMS Lancaster regresará al Reino Unido para su descomisionamiento formal, previsto para finales de este año, poniendo fin a más de tres décadas de servicio operativo y cerrando una etapa de la presencia naval británica en el Golfo sin un relevo inmediato.
*Imágenes obtenidas de la Real Armada Británica.
Te puede interesar: La construcción de dos de los nuevos submarinos Proyecto 677 para la Armada Rusa iniciaría a principios de 2026






