El Grupo de Ataque del portaaviones chino Liaoning regresó el viernes al Mar de China Oriental tras completar una patrulla de seis días en el Mar de Filipinas, en proximidades del suroeste de Japón. La finalización de la operación se produjo luego de dos incidentes en los que cazas embarcados J-15 de la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) iluminaron con sus radares a aeronaves F-15J de la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón (JASDF), desplegadas para tareas de vigilancia e intercepción.

Según informó el Estado Mayor Conjunto de Japón, el grupo naval fue observado navegando en dirección noroeste entre Okinawa y la isla Miyako, para reingresar al Mar de China Oriental. El Grupo de Ataque estuvo integrado por el portaaviones CNS Liaoning (16), el crucero CNS Nanchang (101), los destructores CNS Xining (117) y CNS Kaifeng (124), y el buque logístico de apoyo rápido CNS Hulunhu (901).
Durante la patrulla, el destructor japonés JS Teruzuki (DD-116) y un avión de patrulla marítima P-3C Orion realizaron seguimiento continuo del grupo chino. El Liaoning ingresó al Mar de Filipinas el 6 de diciembre, mientras que el Teruzuki había iniciado el seguimiento desde el día previo, cuando la formación china aún se encontraba en el Mar de China Oriental.
Operaciones aéreas y respuesta japonesa
A lo largo de los seis días de despliegue, aeronaves de ala fija y helicópteros embarcados en el Liaoning realizaron un total combinado de 260 salidas aéreas. En respuesta a los lanzamientos de aeronaves desde el portaaviones, la JASDF activó cazas en alerta para cumplir misiones de identificación y control del espacio aéreo.

De acuerdo con el Ministerio de Defensa de Japón, los incidentes con radar ocurrieron en dos eventos separados, en espacio aéreo sobre aguas internacionales al sureste de Okinawa. En ambas ocasiones, cazas Shenyang J-15 iluminaron intermitentemente con sus radares de tiro a interceptores F-15J japoneses.
En un comunicado oficial, la cartera de Defensa japonesa señaló que: “…estas irradiaciones de radar constituyen acciones peligrosas, que exceden lo necesario para la operación segura de aeronaves, y expresa que es sumamente lamentable que tales incidentes hayan ocurrido. También informa que se presentó una protesta enérgica ante la parte china, solicitando estrictamente la prevención de futuros incidentes…”. El Ministerio también confirmó que “…no hubo daños ni en las aeronaves ni en los miembros de las Fuerzas de Autodefensa…”.
Diferencias entre Tokio y Beijing sobre el incidente
Japón y China mantienen versiones contrapuestas sobre lo ocurrido el 6 de diciembre. Beijing sostuvo que los F-15J ingresaron en un área de entrenamiento previamente notificada, mientras que autoridades japonesas afirmaron que no se proporcionó información suficiente sobre la escala del ejercicio ni sobre el espacio aéreo involucrado.
En una conferencia de prensa, el ministro de Defensa japonés Shinjiro Koizumi afirmó que, si bien existieron comunicaciones entre buques, China no emitió un aviso formal a la aviación (NOTAM) ni alertas de navegación con coordenadas precisas. Koizumi sostuvo que la respuesta aérea japonesa fue “apropiada y necesaria”, dado que el Liaoning operaba en proximidad a islas japonesas, lo que activó medidas regulares dentro de la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ).

“El núcleo del problema es que, mientras realizábamos de manera adecuada las medidas de ADIZ, la parte china llevó a cabo iluminaciones intermitentes de radar durante aproximadamente 30 minutos”, declaró Koizumi, agregando que Japón exigirá a China la prevención de incidentes similares en el futuro. El ministro también indicó que en ningún momento los F-15J japoneses utilizaron sus radares contra las aeronaves chinas.
Tras estos incidentes, observamos que las tensiones entre Beijing y Tokio siguen aumentando, donde cada hecho o acontecimiento que implique un ejercicio por parte de una de las parte, la otra lo tomará como una provocación.
*Imágenes a modo ilustrativo.
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