China habría dado un paso relevante en el desarrollo de capacidades aéreas no tripuladas de baja observabilidad con el registro del que sería el primer vuelo del CH-7, un drone furtivo de gran tamaño y gran altitud, desarrollado por la China Aerospace Science and Technology Corporation (CASC) para equipar a su Fuerza Aérea.
El vuelo inaugural se realizó recientemente en un aeródromo del noroeste de China y marcó el inicio formal de la fase de ensayos en vuelo de esta aeronave de configuración ala volante, que ya había sido exhibida en ediciones anteriores del Airshow China.

Inicio de la campaña de ensayos en vuelo
Li Jianhua, representante de CASC, explicó que el primer vuelo constituye “un hito excepcionalmente crítico para cualquier aeronave”. De acuerdo con el directivo, el objetivo principal de esta etapa fue validar la racionalidad del diseño y verificar el progreso alcanzado en tecnologías clave.
Durante esta primera prueba se evaluaron parámetros básicos, como el rodaje autónomo, el despegue y aterrizaje automáticos, el control de actitud y el seguimiento de trayectorias. Según Li, los resultados se ajustaron plenamente a las especificaciones de diseño y a los modelos de simulación previamente establecidos.
El funcionario también señaló que, en comparación con otros vehículos aéreos no tripulados, el CH-7 requiere la validación de un mayor número de tecnologías críticas. Esto se debe, entre otros factores, a su diseño sin cola y a su ala de alta relación de aspecto, lo que introduce mayores desafíos en términos de estabilidad direccional y aumenta la complejidad y los riesgos asociados a la prueba inicial.
Desde CASC indicaron que este vuelo solo evaluó las características más básicas de la plataforma. En las próximas etapas, el CH-7 deberá someterse a ensayos adicionales de desempeño en vuelo y a pruebas de funcionamiento de sus cargas útiles, incluyendo sensores y otros sistemas de misión.
Diseño furtivo y características técnicas
El CH-7 adopta una configuración aerodinámica de ala volante, optimizada para operaciones a gran altitud y con baja detectabilidad. Durante el Airshow China 2024, se exhibió por primera vez un fuselaje real del drone. En esa ocasión, se observó que la toma de aire del motor se encuentra ubicada en la parte superior del fuselaje, mientras que la tobera de escape presenta un diseño parcialmente oculto.
La aeronave incorpora medidas de reducción de firma radar, como tratamientos absorbentes en los bordes de ataque, recubrimientos especiales en la superficie y soluciones de baja observabilidad aplicadas a compuertas, tren de aterrizaje, bodegas internas y elementos estructurales, incluidos los tornillos.
De acuerdo con la información oficial, esta configuración permitiría al CH-7 operar tanto en escenarios de baja amenaza como en entornos densamente protegidos por radares y sistemas de defensa aérea.
Misiones previstas y empleo operacional
En animaciones de demostración presentadas durante el Airshow China 2024, el CH-7 fue mostrado realizando patrullas prolongadas sobre áreas marítimas. Ante la detección de un objetivo, la plataforma sería capaz de transmitir información a centros de comando mediante enlaces de datos, proporcionando guía de medio curso o guía terminal para armamento de largo alcance.
Expertos indicaron que el CH-7 estaría destinado principalmente a misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), tanto en escenarios terrestres como marítimos. Su radar a bordo permitiría la detección de objetivos navales de gran porte, además de la realización de reconocimiento encubierto en entornos de combate altamente disputados.


Rol dentro del esquema de la Fuerza Aérea china
Analistas chinos señalaron que, debido a su diseño aerodinámico, la velocidad del CH-7 sería inferior a la de los cazas modernos, por lo que no estaría pensado para actuar como “wingman” (compañero de ala) en combate aéreo cercano. En cambio, su empleo estaría orientado a operaciones adelantadas en zonas de combate, aprovechando su baja observabilidad y su elevada autonomía para realizar búsquedas y vigilancia prolongadas.
Una vez identificado un objetivo, el drone podría servir como plataforma de designación o retransmisión de datos para ataques realizados por otras aeronaves o por misiles de largo alcance lanzados desde plataformas terrestres o navales.

Con este desarrollo en marcha y avanzado, China continúa ampliando su cartera de drones furtivos, en un contexto de creciente interés por plataformas no tripuladas capaces de operar a gran altitud y penetrar en espacios aéreos fuertemente defendidos.
*Imágen de portada: Créditos a quien corresponda.
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