La renuncia de Luis Petri como titular del Ministerio de Defensa, a los fines de asumir funciones como Diputado Nacional por la provincia de Mendoza, continuó la tendencia observada desde hace varios años, en la cual los funcionarios al frente de la jurisdicción 45 poseen una duración en el cargo de dos años. El hecho inédito realizado por el presidente Milei fue la designación para suceder a Petri, plasmado con el nombramiento y designación oficial del Teniente General Carlos Presti, Jefe del Estado Mayor General del Ejército, como nuevo Ministro de Defensa, siendo el primer militar que asume el cargo desde el retorno de la democracia en 1983.
Más allá de los avatares de esta decisión, y mientras el flamante Ministro avanza en la conformación de su Gabinete de trabajo, y se avanza con la renovación de las Jefaturas con nuevos nombramientos en el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, como de las Jefaturas Generales del Ejército y Armada, solo puede presumirse que el Tte. Gnal. Presti continúe los lineamientos generales emprendidos por su antecesor, buscando dotar al Ministerio de Defensa de una impronta propia, tanto desde lo comunicacional como lo funcional.
Por tal motivo, y viendo la continuidad en la Política de Defensa, parte de los principales desafíos que deberá afrontar pueden posarse en cuestiones que han quedado en segundo lugar durante estos dos años, y que impactan en el día a día del personal militar, tanto en funciones como retirado, donde el reordenamiento de la obra social IOSFA es fundamental.
Otras cuestiones de larga data, y reclamos persistentes del personal, también se basan en la ya impostergable equiparación salarial con las Fuerzas de Seguridad Federales. Esto no es un dato menor mientras el gobierno nacional impulsa y sostiene su política de desplegar en la frontera a efectivos militares, tal y como da cuenta el Operativo Roca en el Norte del país.
Estas dos cuestiones también se relacionan con la gran problemática de la jurisdicción, y que ha sido transversal a todas las administraciones pasadas independientemente de su color o tinte político: la cuestión presupuestaria. Sin una mejora de la misma, buscando equilibrar un presupuesto que ha estado signado en su composición por la preeminencia de los gastos corrientes por sobre los destinados a ejercitaciones e inversiones, puede ser una traba que pueda afectar a los planes de equipamiento en curso, como también impedir la puesta en marcha de nuevos y postergados desde hace años.
Es en este aspecto donde la gestión que ha iniciado por parte del Teniente General Presti encuentra viento de cola y un renovado interés en los asuntos militares. La llegada de los primeros cazas F-16 la pasada semana, al igual que de los primeros VCBR 8×8 Stryker, ha dado una bocanada de aire fresco a la cartera, que busca apuntalar a estos dos programas como ejes centrales en el impulso modernizador del Instrumento Militar.
Sin embargo, otros desafíos se erigen al respecto, plasmándose en programas que no han recibido o están a la espera de recibir un impulso similar al recibido por el Programa Peace Condor y VCBR 8×8. Esto hace mención a la prioridad más importante fijada por la actual y futura conducción de la Armada Argentina, plasmada en la recuperación de las capacidades submarinas del país a través de la compra de una nueva familia de submarinos de ataque.
Aquí es donde se encuentra posiblemente el gran desafío de la gestión, la cual ya cuenta en su haber la firma de una Carta de Intención con Francia y propuestas recibidas por Alemania. Si bien se comprende que la adquisición de submarinos, y todas las inversiones en capacidades de apoyo e infraestructura, presenta una inversión exponencialmente mayor que los programas previos, es presumible que esta busque ser la siguiente gran apuesta del gobierno nacional para el área, y comprendiendo que sus frutos, de prosperar con la firma de un contrato de compra, sean sembrados en otra gestión de igual o diferente signo político. Pero, a fin de cuentas, de eso se tratan las Políticas de Estado.
Por último, también no debe dejarse de mencionar otras cuestiones que han quedado truncas durante el pasado año, como la adquisición de helicópteros de transporte mediano para la Aviación de Ejército –listándose un licitación por tres (3) UH-60 Black Hawk que fue dejada sin efecto hace casí un año atrás-, una prioridad fijada por el mismo Presti durante su Jefatura al frente de la fuerza, como también de helicópteros ligeros para el Comando de Aviación Naval para operar desde los patrulleros oceánicos adquiridos a Francia.
Presumiblemente, en estas breves líneas quedaron muchas otras cuestiones por abordar, las cuales serán seguidas de cerca en próximas publicaciones, tales como TAM 2C-A2, renovación de la flota de superficie, sistemas de defensa aérea, el futuro del complejo industrial para la defensa, el cual, en su estado actual, no puede responder a los requerimientos del Instrumento Militar, y más cuestiones que seguramente el lector señalará.
*Fotografías empleadas a modo de ilustración.
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Buenas tardes: Con todo respeto, ahora que hay cambio de Ministro de Defensa, me consulta es: Que va a ocurrir con los Aviones Navales Superetendar Sum y Sem de la Armada Argentina; podrán seguir volando¡¡¡ quiera Dios que sí. Gracias Saludos Enrique.
Hola Juan José. Qué se sabe de la equiparación del sueldo que la vienen postergando desde hace mucho tiempo. Gracias…
buenas tarde , creo que se tienen que fijar x separado que son lo mas urgente y hasta que se terminen los TAM , darle autonomía al ejercito trayendo mas aviones para paracaidista , no puede ser que siempre depende de fuerza aérea , hay aviones mas chicos que el c130 y sirven mucho para ejercito ,en otros países el ejercito también tienen aviones de ataque , fabricar mas gauchos y tratar de fabricar tanques pasados y comprar mucha artillería pesada , tratar de reclutar mas soldados voluntarios !!