El reciente arribo de los aviones de caza F-16 Fighting Falcon marca todo un hito para la Fuerza Aérea Argentina, ya que no solo es otro paso hacia la recuperación de capacidades, sino que también deberá impulsar un antes y después para la Fuerza. Con esta primera tanda de seis aeronaves, la aviación de combate argentina comenzará a escribir un nuevo y esperado capítulo de su rica historia.

Una vez confirmada le fecha de llegada, la travesía de los nuevos F-16AB/BM junto a los aviones de apoyo de la Fuerza Aérea fueron seguidos de cerca con gran expectativa por el público local. Cada parada técnica, entre las cuales se incluyeron Zaragoza, Gando, Isla de Sal y Natal, fue una cuenta regresiva para la ansiada llegada a territorio argentino.
Esta gran expectativa se pudo apreciar en Las Higueras, localidad de la provincia de Córdoba donde tiene asiento el Área Material Río Cuarto, unidad que alojará a los nuevos aviones de caza F-16 por los próximos años hasta que se finalicen los trabajos en la VII Brigada Aérea de Tandil, Buenos Aires.
Con una organización y predisposición pocas veces vista para este tipo de evento, las autoridades de la Municipalidad de Las Higueras llevaron la iniciativa a la hora de que el público en general pudiera participar de estos días tan especiales para la Fuerza Aérea Argentina y para el país. Así se pudo apreciar el pasado viernes 5 de diciembre, con la llegada en formación de los F-16 de la FAA junto a los tres KC-135R de la Fuerza Aérea de EE.UU.; Y el sábado 6, con la partida y arribo de los aviones de combate rumbo hacia Ciudad Autónoma de Buenos Aíres, así como la llegada del Presidente Javier Milei.

En ambas jornadas, una multitud acompañó desde un espacio especialmente habilitado por la municipalidad local para la ocasión.
Un largo camino por recorrer
Desde que Argentina confirmó la compra del sistema de armas F-16 Fighting Falcon, la Fuerza Aérea inició un largo camino que obligará a la institución a incorporar diversos cambios, desde lo académico, doctrinario y material. No han sido pocos los oficiales y suboficiales de la FAA que han señalado a este medio que, la incorporación de los nuevos aviones de combate, también debe llegar con un cambio de cultura organizacional.
Para implementar estos cambios a nivel institución, no son pocos los desafíos a los cuales la Fuerza Aérea deberá enfrentar atento la rígida estructura característica de cualquier organización castrense, a lo cual se le suma una idiosincrasia propia que puede resultar no tan flexible y no muy responsiva a cambios en el corto plazo, tal como nos comentó personal de la propia FAA.

A lo asociado a material e infraestructura, lo cual está atado siempre a la cuestión presupuestaria, la Fuerza Aérea continuará poniendo en marcha diversos programas que se desprenden del proyecto troncal, pero que conforman un todo en pos de los aviones de combate F-16. Esto incluye desde la puesta a punto y construcción de nuevas facilidades, a la adquisición de equipamiento para reforzar la seguridad de las instalaciones y material acorde que garantice la segura operación de las aeronaves.
En lo que refiere a recursos humanos, otro gran desafío es el de retener a las tripulaciones y personal técnico. Uno de los principales problemas que siguen enfrentando las Fuerzas Armadas son sus bajos salarios, lo que se refleja en una constante flujo de personal que pide la baja de las Fuerzas para buscar nuevos horizontes en el mercado civil. Pilotos y técnicos figuran entre los puestos demandados y mejor remunerados en el ámbito comercial, por lo que se deberá trabajar en estrategias para retener al personal bajo buenas condiciones.
Pese a que la euforia por la reciente llegada de los F-16 aún se mantiene, tiene que quedar claro que la Fuerza Aérea Argentina aún le queda un largo camino por recorrer a los fines de completar la incorporación del sistema de armas, además de adaptarse a todos los aspectos que refieren a su operación, sostén, evolución y proyección.

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