A poco menos de un mes de que se reportara que el presidente Javier Milei anunció la intención de avanzar en la adquisición de submarinos fabricados por Naval Group para equipar a la Armada Argentina, se ha indicado que el gobierno está buscando hacerse con financiamiento por parte de París para poder llevar a cabo la operación, lo que permitiría mermar el obstáculo que representan las limitaciones presupuestarias del país para reforzar su flota. Particularmente, al momento de revelarse la intención de sumar tres nuevos Scorpène, los montos plasmados para dicho fin en el Anexo de Operaciones de Crédito Público giraban en torno a los 2.300 millones de euros.

La novedad en cuestión fue revelada por el medio Infobae, esto tras entrevistar a Laurent Mourre, director de ventas de la mencionada compañía francesa. Recogiendo algunas de sus declaraciones: “Son procesos complejos por la complejidad de los productos y del proceso de adquisición, y son caros. Entonces, lo que puedo confirmar es que el gobierno argentino quiere comprar submarinos (…) Involucra muchos aspectos. El primero es fundamental para muchos países, para casi todos, y es el económico. Es algo muy sensible en Argentina, porque es una nación que poco a poco está saliendo. Está mejorando la situación económica, pero todavía está con mucho reparo en lo que es el gasto público.“
En este sentido, el representante de Naval Group indicó que una de los principales factores a evaluar será la cantidad de requerimientos específicos para la plataforma con los que llegue la Armada Argentina a la mesa de negociaciones, considerando que ello impactará sobre los costos finales por cada unidad. Además, se indicó que también habrá que definir si la construcción sería llevada a cabo en territorio francés, o si por el contrario el gobierno buscaría avanzar en un acuerdo que también involucre a la industria local.

Este último ha sido el modelo elegido por Brasil para comenzar a incorporar su propia flota de nuevos submarinos de dicha clase, con trabajos realizados en la Base Naval Itaguaí y un cuerpo de trabajadores propios, aunque en caso de seguir un camino similar, la infraestructura local argentina requeriría importantes inversiones agregadas al costo de los propios ejemplares. En el caso hipotético de que este sea el rumbo elegido, el principal apuntado en el papel por el propio Mourre sería Tandanor, astillero que a su entender aún no está en condiciones de abocarse a la construcción de estos submarinos.
Independientemente de estas particularidades, el director de ventas consultado por el citado medio señaló que existen múltiples formas de financiar el programa, apuntando a que la Argentina no deba pagar todo el coste del mismo de forma inmediata. Siguiendo esa línea, destacó el rol de gran relevancia que tendría el propio gobierno liderado actualmente por Emmanuel Macron, quién debería aprobar en última instancia los acuerdos alcanzados en función de las ganancias, intereses y la relación con Buenos Aires. En particular, se reporta que el mecanismo normalmente empleado para este tipo de circunstancias suele ser el de un crédito de exportación, en el que París aportaría garantías de pago con condiciones específicas.

Al respecto de ello, Mourre señalaba: “La relación geoestratégica entre Argentina y Francia es excelente. Yo creo que estamos en un mundo con grandes cambios. Es importantísimo que Francia consolide la relación con algunos países que están fuera de la esfera histórica (…) Las condiciones de la financiación, que no dependen de Naval Group, pero sí el estado francés puede tener un papel relevante, porque puede dar una garantía para la financiación.“
Finalmente, no puede dejar de mencionarse que si bien aún los precios y mecanismos de financiación no están del todo definidos, resulta imperativo para la Armada Argentina avanzar en un programa de adquisición para recuperar la capacidad submarina; con un apoyo político que sea sostenido en el largo plazo. Se trata de un proceso que ya lleva años en curso, cuyo puntapié inicial se produjo tras la pérdida del submarino ARA San Juan S-42 y su tripulación en un trágico accidente, lo que implicó que la institución deje de contar con el único ejemplar operativo que tenía. Además del la clase Scorpène, las evaluaciones previas también apuntaron a la posibilidad de reforzarse con los modelos Tipo 209NG, oferta que fue presentada por el astillero alemán TKMS pero que ahora parece quedar relegada en favor de la competencia francesa.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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Que a los 3 submarinos, en caso de compra, se los fabrique en Francia; porque si vamos a depender de Tandanor van a terminar de la misma manera que el “Santa Fé” y el “Santiago del Estero”. MEMORIA.