En una reciente serie de operaciones de la Armada de Estados Unidos (US Navy) en el Mar del Sur de China, cazas furtivos F-35C Lightning II realizaron ejercicios operando desde el portaaviones de propulsión nuclear USS George Washington (CVN-73), que pusieron en evidencia su capacidad operativa como eje central del ala embarcada estadounidense, proyectando su aéreo en un entorno de creciente actividad militar y fuerte presencia medios del Ejército Popular de Liberación (EPL).
De acuerdo con la información deslizada por la Armada de EE. UU., el pasado 17 de noviembre los cazas furtivos F-35C, pertenecientes al Escuadrón de Caza y Ataque (VFA) 147, realizaron operaciones de vuelo que incluyeron despegues y aterrizajes desde la cubierta de vuelo del portaaviones de la clase Nimitz USS George Washington (CVN 73). Aunque este tipo de actividades forma parte de los entrenamientos habitual de cara al alistamiento de pilotos, aeronaves y personal embarcado, su realización en el Mar del Sur de China tiene un especial cariz en un escenario donde Beijing mantiene una presencia constante y monitorea de cerca los movimientos navales de fuerzas extranjeras, tanto civiles como militares.
En este punto resulta relevante mencionar que la presencia del USS George Washington (CVN-73) es parte del plan de rotaciones de portaaviones de la Armada estadounidense enmarcado en el aérea de operaciones de la 7.ª Flota de Estados Unidos. Pero también se configura dentro una estrategia de presencia adelantada, asegurando una fuerza naval constante del país americano en la región del Indo-Pacífico y manteniendo las relaciones con países aliados como Corea del Sur, Japón, Filipinas, entre otros.
A mero modo de repaso, el portaaviones había regresado al Pacífico occidental en noviembre del 2024 tras una extensa modernización en Estados Unidos, donde fue sometido a un extenso proceso de revisión técnica y reabastecimiento en el astillero Newport News Shipbuilding. Cabe mencionar que desde ese entonces, y hasta el día de la fecha, el CVN-73 ha participado de varias actividades que van desde patrullas, ejercicios de calificación de aterrizaje de aeronaves de ala fija frente a las costas de la isla japonesa de Kyushu con el Carrier Air Wing 5 (CVW-5), visita al puerto de Manila, participación en el ejercicio multinacional Talisman Sabre 2025, entre otros.
En cuanto a los más recientes movimientos, durante los primeros días del corriente mes el Grupo de Ataque del portaaviones USS George Washington (CVN-73) hizo una escalada en la Base Naval de Busan, Corea del Sur, luego de haber realizado una serie de ejercicios combinados con la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón (JMSDF) en aguas del Pacífico occidental. Previo a esto, el buque insignia llevó a cabo un patrullaje con sus buques escoltas luego de haber partido desde Yokosuka, Japón, hacia finales de septiembre.
Por último, si bien el Mar del Sur de China es un área donde Pekín mantiene una vigilancia constante sobre las actividades navales estadounidenses, la reciente escala del portaaviones en Corea del Sur provocó también llamó la atención —y posiblemente la inquietud— de Corea del Norte.
Desde Pyongyang, el ministro de defensa de Corea del Norte, No Kwang Chol, fue el encargado de realizar las quejas antes citadas, tratándose de un mensaje de protesta en el que acusaba a los EE. UU. de volverse “descarado” en sus actividades militares y de intentar desestabilizar la frágil situación de la región. Esto además fue seguido de una declaración mucho más fuerte donde Corea del Norte se afirmó que todas aquellas muestras de poder que se consideren una amenaza al país serían respondidas con un accionar más ofensivo. No obstante, desde EE. UU., Japón y Corea del Sur se devolvieron las acusaciones hacia Corea del Norte respecto de los “intentos de desestabilizar” la región, agregando que las decisiones de este tipo reflejan una violación flagrante de las sanciones impuestas por Naciones Unidas al país.
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