Demostrando plenamente sus capacidades de despliegue, el Grupo de Ataque del portaaviones nuclear USS Nimitz (CVN-68) de la Armada de EE. UU. desarrolló en los últimos días una serie de ejercicios combinados en el Mar del Sur de China, incluida la zona del banco de Scarborough, como parte de su último despliegue operativo previo a su retiro tras más de 50 años de servicio.

Según la información deslizada recientemente , el USS Nimitz operó junto a unidades de la Armada de Filipinas y de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón (JMSDF) en lo que se definió como un ejercicio y patrulla multinacional destinados a fortalecer la coordinación táctica en un área de alto nivel de fricción por las reclamaciones territoriales impuestas por China. En detalle, las actividades se centraron en la realización de operaciones de vuelos con el Grupo Aéreo Embarcado, como así también se efectuaron maniobras de escolta y ejercicios de comunicaciones tácticas.

De acuerdo con el reporte estadounidense, el despliegue del USS Nimitz cerca del banco Scarborough constituye la primera operación de un portaaviones norteamericano en esa zona desde comienzos de año, lo que para los analistas especializados esto refuerza el mensaje de apoyo de Washington a Filipinas en plena escalada de tensiones con China. Como es de público conocimiento, el banco —situado dentro de la Zona Económica Exclusiva de Filipinas— ha sido escenario de frecuentes incidentes entre Guarda Costas filipinos y chinos.

Cabe mencionar que las actividades coincidieron además con la presencia del destructor japonés JS Kirisame (DD-104) y los buques filipinos BRP Gregorio del Pilar (PS-15) y BRP Antonio Luna (FF-151). Asimismo, Fuente de Información Abierta (OSINT) también observaron un avión C-2 Greyhound del portaaviones Nimitz operando a 200 millas náuticas al sur del arrecife de Scarborough. Como suele hacerse, este tipo de despliegues buscan mejorar la interoperabilidad entre las Armadas de los países aliados de la región, sobre todo en línea con el creciente acercamiento militar entre Filipinas, Japón y Estados Unidos ante la presión China en el Indo-Pacífico occidental.

Los últimos registros del buque insignia de la Armada de EE. UU. lo ubicaban transitando el Estrecho de Singapur durante los últimos días del mes de octubre junto al destructor USS Gridley (DDG-101), tras completar una serie de operaciones en el Medio Oriente que se extendieron durante tres meses. Ese tránsito marcó su regreso al Indo-Pacífico, después de un extenso en despliegue en Medio Oriente que incluyó una reciente escala en Baréin a mediados de agosto pasado, donde el portaaviones realizó una visita logística y de descanso antes de reanudar operaciones en alta mar.

El ejercicio se inserta en el tramo final del despliegue del USS Nimitz Armada de EE. UU. , que zarpó a finales de marzo desde la Base Naval de San Diego, Californiay operó durante varios meses en el área de operaciones del Comando Central (USCENTCOM), donde asumió temporalmente las tareas del Grupo de Ataque del portaaviones USS Carl Vinson (CVN-70), y que regresó a San Diego tras su despliegue de ocho meses, antes de ingresar nuevamente al Pacífico. Con casi 57 años de servicio, el USS Nimitz será dado de baja en 2026, siendo reemplazado progresivamente por portaaviones de la clase Ford, que ya operan como principal herramienta de proyección estratégica de la Armada estadounidense.

Durante esta última navegación, el portaaviones ha operado junto a los destructores USS Curtis Wilbur (DDG-54), USS Wayne E. Meyer (DDG-108), USS Lenah Sutcliffe Higbee (DDG-123) y USS Gridley (DDG-101). e. Pese a su antigüedad, el CVN-68 continúa siendo una plataforma plenamente operativa, capaz de desplegar un ala aérea embarcada compuesta por cazas F/A-18E/F Super Hornet, aviones de alerta temprana E-2D Advanced Hawkeye y aeronaves de reabastecimiento C-2A Greyhound.

Para la región, la presencia del Grupo de Ataque del USS Nimitz sería una señal adicional del objetivo de Armada de EE. UU. de mantenerse en las aguas del Mar del Sur de China, donde China continúa ampliando su actividad naval y presencia militar. Para el país americano, el buque mantiene su rol como plataforma de disuasión incluso en la fase final de su vida operativa, consolidando una retirada en servicio activo con despliegues de alta visibilidad en zonas críticas.

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