Hacia finales de la semana pasada, Corea del Norte ha realizado advertencias a los Estados Unidos luego de que se anunciara la presencia del portaaviones de propulsión nuclear USS George Washington junto a su Grupo de Ataque en aguas de la vecina Corea del Sur, como así también las visitas de importantes autoridades entre las que se encontraba el propio secretario de guerra Pete Hegseth. Particularmente, la llegada del buque en cuestión junto a su escolta al puerto de Busan se produjo el día 5 del mes en curso, tan solo dos días después de la reunión entre funcionarios de defensa estadounidenses y surcoreanos.

Refiriéndose a este despliegue, el capitán Tim Waits, actual comandante del portaaviones, manifestaba: “Nuestro primer año de regreso como el principal portaaviones desplegado permanentemente de la Armada de los Estados Unidos no estaría completo sin una visita a Busan y encuentros con nuestros amigos y aliados históricos de la República de Corea. Estoy sumamente agradecido por la hospitalidad que nos brindaron en Busan, así como por las oportunidades que tuvimos de trabajar y entrenar junto a la Armada de la República de Corea.“
La visita a la que hace alusión se extendió por un período de cinco días, mientras que el grupo de buques que se escoltan al George Washington durante su travesía han sido los destructores USS Milius (DDG-69) y USS Shoup (DDG-86), junto al crucero USS Robert Smalls (CG-62).
Frente a dicho despliegue, desde Pyongyang, el ministro de defensa de Corea del Norte No Kwang Chol fue el encargado de realizar las quejas antes citadas, tratándose de un mensaje de protesta en el que acusaba a los EE.UU. de volverse “descarado” en sus actividades militares y de intentar desestabilizar la frágil situación de la región. Apuntó, además, que la visita del secretario Hegseth a la zona desmilitarizada, junto a su par surcoreano, tuvo la intención de “avivar la histeria bélica” y que ello no podría ser otra cosa que una “conspiración” contra Corea del Norte. Recogiendo un pequeño fragmento de sus propias palabras: “Esta es una revelación contundente y una expresión intencional de su naturaleza hostil para oponerse a la RPDC hasta el final.”

En una etapa posterior de sus declaraciones, el conductor de la cartera de defensa norcoreana afirmó que todas aquellas muestras de poder que se consideren una amenaza al país serían respondidas con un accionar mas ofensivo, en una búsqueda de “garantizar la seguridad y defender la paz mediante una fuerza poderosa.” Como muestra de lo mencionado, resulta de utilidad considerar que Corea del Norte ha realizado nuevas pruebas con sus misiles balísticos de corto alcance, mismas que se configuran como la sexta vez en el año que ello ocurre. Acorde a los reportes iniciales surcoreanos, el misil lanzado habría recorrido un total de 700 kilómetros en dirección al Mar del Este, mientras que desde Japón se deslizó una cifra menor que superaba los 450 kilómetros.
Como suele ocurrir tras este tipo de eventos, desde EE.UU., Japón y Corea del Sur se devolvieron las acusaciones hacia Corea del Norte respecto de los “intentos de desestabilizar” la región, agregando que las decisiones de este tipo reflejan una violación flagrante de las sanciones impuestas por Naciones Unidas al país. Sin embargo, mas allá del preocupante mensaje que implica un movimiento de estas características, se descartó rápidamente que el lanzamiento representara un peligro inmediato para la seguridad de los aliados; quiénes han mantenido una estrecha comunicación para vigilar el evento.
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