Marcando un nuevo hito en el refuerzo de sus capacidades, la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón (JMSDF) celebró recientemente la ceremonia de bautismo y botadura de sus dos nuevos patrulleros oceánicos clase Sakura, en el astillero de Japan Marine United, en Isogo. Las nuevas unidades, bautizadas JS Sakura (OPV-901) y JS Tachibana (OPV-902), constituyen la primera generación de un nuevo tipo de buque, clasificado formalmente como Offshore Patrol Vessel (OPV), diseñado específicamente para reforzar las tareas de vigilancia en el entorno marítimo japonés.
De acuerdo a la información divulgada en el Plan de fortalecimiento de la Capacidades de Defensa de Japón del año 2018, el programa de construcción naval contempla la construcción doce unidades en un plazo de diez años. Asimismo, este esfuerzo debe entenderse en el marco del incremento sostenido de las actividades navales y aéreas de China y Rusia en la región, lo cual obliga a Tokio a reforzar la presencia de medios navales entorno al archipiélago, las islas del suroeste y la Zona Económica Exclusiva (ZEE). Ambos patrulleros construidos por el astillero Japan Marine United, iniciaron su construcción de forma simultánea en febrero de 2025, teniendo como fecha de incorporación al servicio los meses de enero y febrero de 2027, respectivamente.
En base a esto último mencionado, en los últimos años Japón ha ido buscando reforzar aún más sus capacidades en términos de defensa y teniendo en cuenta que la región se ha convertido en un punto estratégico para países regional y extrarregionales. En ese sentido, las nuevos patrulleros océanicos, que cuentan con un diseño más reducido, pero con una autonomía más prolongada, serán destacadas para cumplir con una estrategia de vigilancia marítima constante y extendida.
Características técnicas de la clase Sakura
Según datos oficiales, los nuevos buques presentan un desplazamiento estándar de aproximadamente 1.900 toneladas, con una eslora cercana a los 95 metros y una manga de alrededor de 12 metros. Su velocidad máxima supera los 20 nudos. Gracias a un diseño orientado a la eficiencia y al uso de tecnologías de automatización, la tripulación necesaria se reduce a unas 30 personas.
En cuanto a su armamento, este es de tipo ligero, limitado a un cañón de 30 mm, ya que la plataforma no está concebida para el combate naval de alta intensidad, sino para misiones de vigilancia y patrulla marítima, como también búsqueda y rescate en caso de ser necesario.
Capacidades de vigilancia y aeronaves embarcadas
La clase Sakura incorpora una cubierta de vuelo multipropósito junto a un pequeño hangar, aptos para operar tanto vehículos aéreos no tripulados de ala fija y rotativa, como también helicópteros SH-60 Seahawk en servicio con la aviación naval de la fuerza. Teniendo en cuenta esto, la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón confirmó que el drone embarcado seleccionado será el V-BAT, lo que ampliará notablemente las capacidades de vigilancia, reconocimiento e inteligencia del buque durante sus operaciones en alta mar.
A pesar de contar con sensores más simples que los de una fragata (dos radares de navegación, sistemas EO/IR, comunicaciones satelitales y equipos de detección radioeléctrica básicos), el diseño prevé operar UAV, UUV y USV, convirtiendo al buque en una plataforma flexible para misiones ISR y apoyo en operaciones marítimas diversas.
Cronograma de entrega
Por último, según lo establecido por la JMSDF, la construcción del tercer y cuarto buque de la clase avanza según el cronograma establecido, con al botadura prevista para marzo 2026, a fine de alcanzar el objetivo de operar seis agrupaciones compuesta por dos buques de la clase Sakura distribuidas en bases regionales de Japón.
*Fotografías: Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón.
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