En el marco de la creciente actividad operativa en el Caribe vinculada a operaciones antidrogas próximas a Venezuela, fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos desplegaron en Puerto Rico sus embarcaciones de combate y asalto —Combatant Craft Assault (CCA)— en una acción que refuerza la presencia marítima especializada de Washington en la región. Imágenes difundidas en redes sociales muestran la descarga de al menos dos CCA desde un avión de transporte C-17 Globemaster III en el aeropuerto de Ponce, un movimiento logístico que confirma la capacidad de respuesta y proyección rápida de estas unidades de elite.

Las fotografías y registros obtenidos por observadores locales dan cuenta de la secuencia completa de la operación, en la que las embarcaciones fueron desembarcadas tras el aterrizaje del C-17 para su posterior preparación. Este tipo de despliegue, que combina transporte estratégico aéreo, inserción de tropas especiales y alistamiento inmediato, se enmarca en los procedimientos habituales de la Naval Special Warfare, orientados a garantizar la rápida disponibilidad de medios especializados en escenarios de interés operativo.
En el plano táctico, las CCA están diseñadas para ejecutar misiones de interdicción marítima de medio alcance, inserción y extracción de pequeños equipos de operaciones especiales, así como patrullajes costeros en entornos de amenaza media o alta. Su configuración les permite cumplir tareas de acción directa, reconocimiento y apoyo a operaciones encubiertas, integrándose con medios de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) para la detección y neutralización de objetivos en el mar.
Desde el punto de vista técnico, la Combatant Craft Assault presenta un casco del tipo monohull fabricado con materiales compuestos SPRINT, lo que le otorga ligereza, resistencia y baja firma de radar. Está impulsada por dos motores diésel de alto rendimiento y su arquitectura fue concebida para optimizar la maniobrabilidad y reducir la detección. A bordo incorpora un radar marítimo montado en mástil, el sistema CCFLIR (que integra cámaras infrarrojas, diurnas y de baja luminosidad) y sistemas de comunicaciones seguras. Asimismo, puede configurarse con diferentes armamentos, incluyendo ametralladoras M2 calibre .50, M240 de 7,62 mm o lanzagranadas automáticos MK19, dependiendo del tipo de misión asignada.

Su movilidad estratégica constituye una de sus mayores ventajas: puede ser transportada por aviones C-17, embarcada o descargada mediante grúa desde buques, e incluso lanzada directamente al mar desde aeronaves de transporte, lo que le confiere una notable flexibilidad operativa. Estas capacidades, sumadas a su velocidad y discreción, explican por qué las unidades SEAL y los Equipos de Lanchas Especiales (Special Boat Teams) la utilizan para ampliar el alcance y la autonomía de sus operaciones marítimas.
El despliegue observado en Puerto Rico fortalece la presencia de medios especializados en un punto geográfico clave para las operaciones navales de Estados Unidos en el Caribe. Más allá del valor táctico inmediato de las CCA, su arribo evidencia la capacidad del Comando de Guerra Naval Especial para proyectar de manera rápida plataformas ligeras, sigilosas y altamente tecnificadas, integradas en un esquema conjunto que combina poder aéreo, naval y de reconocimiento en un entorno estratégico de creciente relevancia.
Imagen de portada ilustrativa. Créditos: US Navy
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