Tras más de seis décadas de servicio ininterrumpido en la Aviación Naval, la Armada Argentina se dispone a despedir a sus legendarios aviones antisubmarinos Grumman S-2T Turbo Tracker. Emblema indiscutido de la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina, estos veteranos “búhos” alzan vuelo por última vez, poniendo fin a una era en la que el mar y el aire se fundieron bajo el mismo pabellón. Siendo actualmente el único operador militar de este modelo en el mundo, la Armada rinde homenaje a un símbolo que marcó la era dorada de la Aviación Naval Argentina.
Su historia se remonta a fines de la década del cincuenta, cuando la incorporación del portaaviones clase Colossus ARA Independencia (V-1) impulsó a la Argentina a desarrollar un moderno sistema de guerra antisubmarina embarcada. A comienzos de los años sesenta se creó la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina, equipada con los Grumman S-2A Tracker adquiridos en Estados Unidos. Los primeros seis ejemplares arribaron al país en 1962 a bordo del ARA Independencia, y el 31 de mayo de ese mismo año la escuadrilla fue formalmente activada.

Con ellos comenzó una nueva etapa para la Aviación Naval: por primera vez, una sola aeronave integraba capacidades de detección, exploración y ataque bajo el mar. En 1963 los Tracker fueron asignados a la Base Aeronaval Comandante Espora, desde donde se embarcarían primero en el ARA Independencia y, años después, en el portaaviones ARA 25 de Mayo (V-2).
El binomio formado por el portaaviones ARA Veinticinco de Mayo y el Grumman Tracker marcó una de las etapas de mayor esplendor de la Aviación Naval Argentina. Durante las décadas de 1970 y 1980, los Tracker compartieron cubierta y misión con los cazabombarderos Douglas A-4Q Skyhawk, Dassault Super Étendard y los helicópteros Sea King y Alouette III, conformando una fuerza aeronaval integrada sin parangón en la región.
En total, la Argentina incorporó seis S-2A en 1962, una unidad S-2F en 1967 y, ante el desgaste operativo, un lote de seis S-2E en 1978. Estos últimos, más modernos, reforzaron la flota durante una etapa de intensa actividad. Luciendo su impecable esquema blanco que contrastaba con el profundo azul del mar argentino, los Tracker ofrecían una imagen inconfundible. Con sus alas plegables sobre el fuselaje, semejaban un ave marina que, tras surcar los cielos, se recogía en el hangar del portaaviones. En su timón de dirección flameaba el pabellón nacional y, en sus alas, las anclas de la Armada Argentina.

Durante la Gesta de Malvinas en 1982, los Tracker cumplieron un rol decisivo. Inicialmente embarcados en el ARA 25 de Mayo, participaron en las operaciones de exploración y patrulla antisubmarina sobre el Atlántico Sur. El 1° de mayo despegaron en misión de búsqueda para localizar a la flota británica que se aproximaba al teatro de operaciones. Cuando el portaaviones regresa a aguas poco profundas ante la constante amenaza de los submarinos nucleares británicos, los Tracker continuaron operando desde las Bases de Río Gallegos y Río Grande.
Los Tracker efectuaron misiones de búsqueda y rescate de los tripulantes del crucero ARA General Belgrano y del aviso ARA Alférez Sobral, además de patrullas antisubmarinas en aguas próximas a las islas. En una de estas misiones, un S-2E habría impactado con un torpedo MK.44 al submarino británico HMS Onyx, incidente que la Royal Navy nunca confirmó oficialmente. A lo largo del conflicto, la escuadrilla realizó 112 misiones y acumuló más de 520 horas de vuelo sin sufrir pérdidas, pese a los reiterados intentos de interceptación de medios británicos. Por su actuación, recibió la condecoración “Honor al Valor en Combate”.

Con el paso de los años, el desgaste de las células y motores motivó la búsqueda de una solución para prolongar su vida operativa. Así nació en los años noventa el programa TATA (Turbinización del Avión Tracker Argentino), desarrollado junto a la empresa israelí IAI. El proyecto dio origen al S-2T Turbo Tracker, equipado con motores turbohélice Garrett/Honeywell TPE331-15AW, nueva aviónica y mayor autonomía.
La modernización revitalizó a la flota. Los Turbo Tracker continuaron operando desde la Base Aeronaval Comandante Espora y participaron en ejercicios internacionales como “Gringo-Gaucho” con portaviones de la Armada de los EE.UU. y maniobras conjuntas con la Marina de Brasil a bordo del portaaviones São Paulo. También cumplieron misiones de vigilancia pesquera, búsqueda y rescate, y adiestramiento antisubmarino en el Atlántico Sur.
Por su nobleza y confiabilidad, el Tracker se ganó el respeto de generaciones de aviadores navales. El inexorable paso del tiempo y la merma presupuestaria derivada en escasez de repuestos fueron reduciendo su disponibilidad, existiendo en la última década lapsos en que ningún avión se encontraba en servicio.

El adiós al último Turbo Tracker marca más que la baja de un sistema de armas: simboliza el final de la aviación antisubmarina embarcada en la Armada Argentina. Una historia que comenzó con el Independencia, alcanzó su madurez con el Veinticinco de Mayo y sobrevivió a ambos gracias a la tenacidad de quienes mantuvieron vivas sus alas.
El S-2T Turbo Tracker es, en esencia, una extensión del mar argentino en el aire. Su presencia acompañó a los buques de la Flota de Mar, custodió la soberanía marítima y sostuvo la tradición aeronaval. Y cuando pliegue sus alas por última vez en diciembre próximo, como tantas veces lo hizo para guarecerse en el hangar después de cumplir su misión, lo hará con la serenidad de quien sabe que su deber está cumplido.
Tal vez te interese: Cobertura – La Armada Argentina celebró los 50 años del sistema Beechcraft B-200 desde la Base Aeronaval Punta Indio







Quisiera saber si la escuadrilla aeronaval antisubmarina se disuelve o seguirá operando con otros avioes, porque los ORION conforman la escuadrilla aeronaval de exploración, tienen capacidad antisubmarina, pero no es una unidad especifica a una única función como la que conformaban los Tracker,por mas que estos también hacian patrullaje para control pesquero en el atlántico sur. Tengo entendido que la escuadrilla seguirá operando con dos aviones Beechcraft King Air 360ER MPA nuevos, provistos por EEUU
Buenas tardes, se puede saber dónde y cuando se realizará la despedida del Turno Tracker
La evolución del Turbo Tracker es el S3 Viking, tambien es un avión para operar desde portaviones. Este avionazo fué concebido para correr a los submarinos rusos.
Nostalgia y agradecimiento!!!
Tenía entendido que la armada naval no posee portaaviones o me equivoco??
Facundo: Ahora la Armada no posee portaviones, el último participó(tímidamente) en la guerra de Malvinas y fué salvado del ataque de un submarino británico por este bichito S2 Tracker que ahuyentó a los ingleses. Yo seguiría teniendo este tipo de aviones, son como P3 en miniatura.
Buenas tardes consulto: No por este tema, sino por otro tema si alguien me puede confirmar: Había en Arreglo, Modernización etc. Un PC.3 Orión en la Fabrica de Aviones de Córdoba desde hace varios años. Lógico enviados por otros Gobiernos????. De ser verdad regresara al servicio dicho avión. Gracias, saludos. Enrique.