Culminando un proceso que inició durante el mes de julio, Navantia ha dado a conocer que finalizaron los trabajos de mantenimiento del buque anfibio Juan Carlos I de la Armada Española, previéndose que para el día de mañana pueda partir desde el astillero de Puerto Real. La joya de la corona de la institución, ha permanecido por un total de cuatro meses en dichas instalaciones, donde ha sido sometida a una renovación integral de su sala de máquinas y al Plan de Inmovilización Programada (PIP).

Ampliando en algunos detalles, los reportes locales indican que la partida del Juan Carlos I estaba originalmente prevista para el pasado 17 de octubre, marcando su situación actual una ligera demora en cuánto a cronogramas de finalización de los trabajos. Ello, sin embargo, no impediría que la nave pueda verse involucrada en los principales ejercicios de la Armada Española que serán realizados en el próximo año. Entre aquellos mas destacables, ha de mencionarse la llamada Operación Dédalo, donde la institución demostrará junto a fuerzas aliadas su capacidad de integrarse para llevar a cabo operaciones anfibias.
Refiriéndonos a los trabajos en concreto que recibió el buque insignia de la fuerza, mismo que ya superó los 15 años de vida, podemos afirmar que estos se centraron en la modernización de su sala de máquinas a causa de diversos informes que daban cuenta de vibraciones anormales. Para el año 2022, el Consejo de Ministros aprobaba una obra que requería la inversión de 30 millones de euros para llevarse a cabo, la cuál permitiría sustituir los motores que equipaban al Juan Carlos I por sistemas mas modernos. La razón por la cuál existe una brecha entre la citada fecha hasta la actualidad, yace en el hecho de que la Armada Española ya contaba con compromisos operativos internacionales que impedían a Navantia poder disponer del barco por el tiempo requerido.

Mas específicamente, se detalla que uno de los principales objetivos de estos trabajos ha sido poder sustituir los dos POD fabricados originalmente por la empresa alemana Schottel & Siemens, apuntados por sufrir diversos tipos de averías en reiteradas ocasiones, por modelos azimutales Azipod MO1800 de ABB. Según reconocía la propia Armada Española en un estudio solicitado en 2020 para evaluar los problemas que afectaban al sistema de propulsión y explorar posibles sustitutos, existían fallas tanto de índole técnica como mecánica, como así también internas y externas que incluso llegaron a dejar al barco sin una de sus líneas de propulsión en mas de una ocasión.
Si repasamos brevemente los antecedentes de trabajos que fueron realizados sobre la nave desde el momento de su botadura en 2008, pueden identificarse cuatro elementos destacables. El primero de ellos tuvo lugar en el año 2015, con una varada en el astillero de Cadiz que se produjo a cinco años de su entrada al servicio, seguida de otra en 2017 en la que se lo sometió a trabajos de mantenimiento centrados en su cubierta de vuelo por casi dos meses. Posteriormente, ya en el año 2020, fue el propio astillero de Puerto Real aquel que tuvo a cargo un repaso profundo sobre el sistema de hélices y la revisión de otros sistemas que normalmente permanecen bajo el agua; incluyendo además un repintado completo. En 2023, se desmontaron los motores como parte de un mantenimiento programado a las 20.000 horas de funcionamiento.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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