Uno de los ejes de la sexta generación de aviones de combate es la conjugación de plataformas tripuladas y no tripuladas capaces de operar y adaptarse a entornos operacionales fuertemente disputados. Frente a este hecho incontrastable, y en paralelo con el desarrollo y futura producción de su caza Boeing F-47, la Fuerza Aérea de Estados Unidos viene impulsando su Programa de Aeronaves de Combate Colaborativo (CCA, por sus siglas en inglés), el cual registró, en la jornada de ayer 31 de octubre, un nuevo hito con la realización del primer vuelo de pruebas del drone YFQ-44A.

Desarrollado por Anduril Industries, el YFQ-44A “Fury” es una de las dos aeronaves no tripuladas de combate autónomas que están siendo evaluadas por la Fuerza Aérea de EE.UU., englobadas dentro de la Fase I del programa CCA, también denominado Incremento I. La otra aeronave corresponde al diseño YFQ-42A de General Atomics, la cual inició su campaña de vuelos de prueba a finales del pasado mes de agosto.

Si bien el primer vuelo oficial de la aeronave no tripulada de Anduril para el CCA tuvo lugar ayer en Victorville, California, y estuvo acompañada por un L-29 Delfín como aeronave de escolta, los orígenes de Fury pueden remontarse al diseño y a los esfuerzos previos realizados por la compañía. Más en detalle, proviene de los conceptos para el desarrollo de una aeronave agresora de la firma Blue Force Technologies, adquirida por Anduril en 2023.

La compañía, en un reciente comunicado oficial, indicó algunos detalles del desarrollo y los esfuerzos alcanzados hasta la fecha en colaboración con la USAF, para alcanzar e iniciar la fase de vuelos de prueba en tiempo récord: desde la presentación del primer diseño hasta el primer despegue transcurrieron 556 días; “…más rápido que cualquier otro programa de cazas importantes en la historia reciente”, recalcó la compañía.

La realización de este primer vuelo del YFQ-44A y su importancia para el Programa CCA de la Fuerza Aérea de Estados Unidos fue también destacada de forma oficial por la institución. Troy E. Meink, Secretario de la USAF, señaló que el vuelo de Fury “… nos proporciona los datos sólidos que necesitamos para definir los requisitos, reducir el riesgo y asegurar que el programa CCA entregue capacidad de combate a un ritmo y en una escala que nos mantenga por delante…” en la carrera tecnológica con potenciales adversarios.

Dentro del marco del programa CCA, también se están evaluando las capacidades de producción en masa. Esto se debe a que, si bien la Fuerza Aérea de EE.UU. no ha dado una cifra concreta, la misma aspira a equiparse con entre cien y ciento cincuenta drones de combate colaborativo una vez defina al ganador del programa en esta fase.

Sin embargo, diversos reportes señalan que de cara a los próximos meses podría iniciarse otra etapa, designada como Incremento II, la cual tendría requerimientos diferentes a la fase previa, ya abriendo la posibilidad a otras empresas para participar con sus propuestas, tales como Lockheed Martin —que ha presentado recientemente su nuevo concepto de dron Vectis— y Northrop Grumman, que también buscaría sumarse al programa a través de su Proyecto Lotus. Inclusive, la fase podría abrir la posibilidad a empresas de países extranjeros para participar, tal y como da cuenta la reciente Carta de Intención firmada por autoridades de los Países Bajos para participar del CCA.

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