La carrera por alcanzar el primer avión de combate de sexta generación, encabezada por los Estados Unidos y China, parece sumar un nuevo capítulo. Así se desprende de una serie de recientes imágenes que rápidamente se han viralizado en redes sociales, por las cuales la firma aeroespacial Chengdu, una de las más importantes del Gigante Asiático, habría introducido cambios y rediseños en el que se presupone es su nuevo cazabombardero J-36, destinado a equipar a la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación, a través del inicio de vuelo de pruebas de un segundo prototipo.
Dado a conocer de forma viral a finales del pasado año 2024, el J-36 —designación no oficial adjudicada por la comunidad de especialistas al observar el número “36” en su fuselaje y la “J” en alusión a la denominación con la cual la PLAAF nombra a sus cazas— es uno de los dos diseños de presuntos cazas de sexta generación en desarrollo por China, teniendo como principal característica la adopción del diseño de ala volante.
A lo largo del corriente año se ha observado a esta aeronave realizar diversos vuelos de prueba, permitiendo apreciar algunas de sus principales características, como la elección de una inusual configuración de tres motores para su sistema de propulsión, al igual que la presencia de un tren de aterrizaje reforzado.



El gran tamaño de la aeronave, en comparación con otros modelos de aeronaves, así como con el denominado “J-50”, el presunto caza de sexta generación en desarrollo por parte de Shenyang, hace suponer que estamos frente a un cazabombardero pesado o a un bombardero táctico furtivo. Tampoco sería descabellado suponer que nos encontramos ante un demostrador de tecnología, con el fin de desarrollar sistemas experimentales que podrían ser llevados y aplicados en la actual generación de aviones de combate de cuarta y quinta generación chinos.
Esta noción parecería reforzarse con la confirmación de un vuelo de pruebas del que sería el segundo prototipo del J-36, el cual introduce cambios sustanciales en el tren de aterrizaje, el sistema de escape y el sistema de tomas de aire, los cuales podrían favorecer la maniobrabilidad en lugar de la furtividad del primer prototipo.
El cambio más apreciable en las imágenes que se viralizaron días atrás es el tren de aterrizaje de la aeronave. Mientras que el primer prototipo observado a finales de 2024 poseía un tren de aterrizaje con una configuración en tándem, este nuevo modelo del J-36 abandona dicha configuración por un sistema de ruedas gemelas colocadas lado a lado, lo cual representaría una mejora en términos de menor espacio necesario al momento de retraerse y de compuertas más pequeñas.

Sin embargo, los cambios más radicales impactan en las presuntas capacidades furtivas de la aeronave. En el primer prototipo, el sistema de escapes se encontraba empotrado dentro del fuselaje, en una disposición con reminiscencias del YF-23 de Northrop Grumman, priorizando la furtividad y la velocidad por encima de la maniobrabilidad.
Por el contrario, y siguiendo la línea observada en el J-50 —también denominado J-XDS de Shenyang—, se pueden apreciar lo que aparentan ser toberas de impulso vectorial 2D, o bidimensionales. No obstante, las imágenes no permiten apreciar mayores detalles, pero, al igual que con lo mencionado previamente, el equipo de diseño y desarrollo del J-36 parecería haber optado, para este fuselaje, por priorizar la maniobrabilidad en detrimento de la furtividad, lo cual también lleva a replantearse cuál sería la función de combate que tendría finalmente el diseño, o si los requerimientos de las autoridades militares están cambiando.

El otro cambio observado se centra en las tomas de aire —o inlets— de la sección frontal del fuselaje, donde el prototipo original que venía realizando vuelos de prueba hasta la fecha presentaba una disposición similar a la del F-22 estadounidense. Ahora, pareciera que estamos frente a un profundo rediseño, donde el equipo de diseño optó por entradas de aire del tipo DSI, una característica propia de aeronaves de diseño furtivo, tal vez buscando compensar la pérdida de esta capacidad a raíz de los cambios realizados en los sistemas de escape.
Por último, y nuevamente con más dudas que certezas por los cambios observados en este segundo J-36, se presume que la aeronave se encuentra aún en una fase de desarrollo y demostración de conceptos, lo cual hace intuir que el diseño final del que podría ser el futuro cazabombardero de la Fuerza Aérea de China está lejos de ser definido, indicando que aún estamos lejos de ver modelos de preproducción o producción por parte de Chengdu.
Otra posibilidad es que los vuelos realizados, en el marco de la campaña de ensayos en vuelo, formen parte de las opciones que se están elaborando para responder a los requerimientos esgrimidos por el programa, los cuales, al día de la fecha, siguen siendo una incógnita, al carecer tanto por parte de la empresa como de fuentes oficiales de una descripción sobre el desarrollo de la aeronave.
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