En un nuevo paso hacia la consolidación de la proyección internacional de la defensa, Chile y Francia firmaron el Arreglo Técnico-Marco sobre Cooperación Militar, un acuerdo que actualiza y amplía los vínculos bilaterales en materia de defensa.
La ceremonia se realizó durante la Reunión de Ministros de Defensa del Pacífico Sur, y contó con la presencia de la ministra chilena de Defensa Nacional, Adriana Delpiano, y del almirante francés Hervé Hamelin, responsable de las Relaciones Militares Internacionales del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Francia. La delegación gala fue encabezada por el general Éric Peltier, director general adjunto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (DGRIS).

Un vínculo con raíces históricas
La cooperación militar entre Chile y Francia tiene más de un siglo de historia. A finales del siglo XIX, oficiales chilenos comenzaron a formarse en academias francesas, asimilando doctrina, táctica y estructura organizacional. La Misión Militar Francesa (1911–1914) dejó una huella indeleble en la profesionalización del Ejército chileno, sentando las bases de su disciplina, reglamentos y formación técnica.
Desde entonces, ambas naciones han mantenido un intercambio constante: formación de oficiales, cooperación tecnológica, intercambios navales y aéreos, y ejercicios combinados que reflejan una relación sólida y de confianza. El nuevo acuerdo viene a reemplazar el convenio anterior, cuya vigencia expiró en 2016, estableciendo ahora un marco jurídico moderno, adaptado a los desafíos operacionales del presente.
El Arreglo Técnico-Marco permitirá ejecutar una amplia gama de actividades conjuntas entre las Fuerzas Armadas de ambos países, bajo condiciones legales claras y seguras. Entre las principales áreas de cooperación destacan entrenamientos conjuntos de fuerzas especiales, Operaciones submarinas, entrenamientos de helicópteros y ejercicios de montaña y supervivencia extrema.
Estas acciones apuntan a fortalecer la interoperabilidad, la confianza mutua y la transferencia de conocimiento técnico entre las fuerzas armadas chilenas y francesas.
“Este acuerdo renueva y actualiza la importante cooperación bilateral entre Chile y Francia en el ámbito militar, permitiendo retomar los intercambios operacionales que resultan altamente beneficiosos para las Fuerzas Armadas de ambos países”, destacó la ministra Adriana Delpiano.
Por su parte, el almirante Hervé Hamelin subrayó: “Chile es un socio histórico, tanto en América Latina como en el Pacífico Sur. Firmar este acuerdo permite reforzar nuestra relación y favorecer los intercambios a nivel operacional, de formación y de experiencias”.
Un puente estratégico entre Europa y el Pacífico Sur
Más allá de su valor bilateral, este acuerdo tiene una dimensión estratégica regional y global.
En un escenario internacional donde Europa refuerza su presencia en el Indo-Pacífico, Francia busca aliados confiables en el Pacífico Sur, región donde Chile se proyecta como un actor estable, democrático y con creciente protagonismo en temas de seguridad marítima.
Francia, con presencia territorial en la Polinesia Francesa y Nueva Caledonia, encuentra en Chile un socio natural para operaciones conjuntas de vigilancia oceánica, entrenamiento y asistencia humanitaria.
Para Chile, el acuerdo diversifica sus alianzas estratégicas, más allá de sus socios tradicionales como Estados Unidos y Reino Unido, reforzando su autonomía y su rol como pivote regional de cooperación en defensa.
El Arreglo Técnico-Marco sobre Cooperación Militar representa mucho más que una actualización administrativa: es una declaración de principios compartidos.
Chile y Francia avanzan hacia una alianza moderna, operativa y de largo plazo, centrada en la profesionalización, la tecnología y la capacidad de respuesta conjunta ante escenarios cada vez más complejos.
Con esta firma, ambos países no solo reafirman una amistad histórica, sino que también trazan un horizonte estratégico común en el ámbito de la defensa y la seguridad.
La cooperación militar chileno-francesa se renueva con una mirada puesta en el futuro. En un contexto global de incertidumbre, la confianza, la interoperabilidad y la visión estratégica compartida se consolidan como pilares de una relación que ha sabido combinar tradición y modernidad.
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