El Ejército de Tierra español ha evaluado en el Ejercicio Conjunto Atlas 2025, desarrollado entre el 20 y el 24 de octubre en el Campo de Maniobras y Tiro “Médano del Loro” (Huelva), las capacidades de los sistemas antidrones CROW y ARACNE de Indra y EM&E Group, en un escenario que reunió a las Fuerzas Armadas, Guardia Civil y Policía Nacional. El objetivo fue ensayar la respuesta nacional ante un ataque aéreo simultáneo perpetrado a través del empleo aeronaves tripuladas, drones y misiles de crucero, en un entorno realista y de máxima exigencia.

Atlas 2025 se enmarca en la estrategia del Ministerio de Defensa de reforzar las capacidades de defensa antiaérea y antidrones frente a la proliferación de sistemas no tripulados en conflictos recientes. La participación de la industria española en estas maniobras refleja la apuesta por dotar a las Fuerzas Armadas de soluciones tecnológicas propias, adaptadas a escenarios de alta intensidad y a la protección de infraestructuras críticas.
En este marco, Indra presentó y puso a prueba sus sistemas contra UAS (Counter-UAS). El CROW (Counter Remotely Operated Weapon) es un sistema portátil de neutralización de drones que emplea inhibidores de radiofrecuencia para bloquear comunicaciones y navegación satelital, diseñado para ser operado por unidades desplegadas en primera línea. Por su parte, ARACNE es un sistema de detección y seguimiento desarrollado por EM&E Group que integra sensores electroópticos y radares de corto alcance, capaz de identificar aeronaves no tripuladas en escenarios de saturación y coordinar su neutralización con otros medios de defensa aérea.


Las pruebas realizadas durante Atlas 2025 permitieron comprobar la integración de CROW y ARACNE en la arquitectura de defensa aérea nacional, coordinando su empleo con sistemas de artillería antiaérea, radares de vigilancia y capacidades de guerra electrónica. Según Indra, ambos sistemas demostraron eficacia en la detección temprana y neutralización de amenazas de baja cota, aportando flexibilidad y rapidez de despliegue en operaciones conjuntas.
El ejercicio también sirvió para validar la interoperabilidad entre las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad del Estado en un escenario de defensa del espacio aéreo nacional. Bajo la dirección del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 71, se recrearon ataques combinados que exigieron la coordinación de medios terrestres, navales y aéreos, así como la integración de tecnologías de empresas nacionales como Indra y Amper, que desplegaron soluciones de guerra electrónica y sistemas de bloqueo de comunicaciones.
*Fotografías: Indra.
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