Tras lo que ha sido una nueva reunión presencial entre el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky y su par estadounidense Donald Trump en Washington, mismo que fue descrito como un encuentro positivo por las partes, EE.UU. buscaría avanzar en la venta de nuevos sistemas antiaéreos Patriot para reforzar a las Fuerzas Armadas de Ucrania. En particular, se trataría de un acuerdo que comprendería hasta 25 ejemplares de dicho sistema, lo que representaría un importante refuerzo para la exigida red de defensa aérea del país que enfrenta diariamente los embates rusos con drones y misiles.
Si bien se trata de un acuerdo que aún está siendo delineado por el gobierno ucraniano, el propio presidente Zelensky indicó que gran parte de las reuniones con los funcionarios estadounidenses versaron sobre el tema, incluso con el propio presidente Trump cara a cara. Cabe recordar en este punto, que los EE.UU. ya habían avanzado recientemente en la autorización de un paquete de apoyo adicional para garantizar la operatividad de los sistemas hasta ahora transferidos, tratándose de un contrato por mas de 179.1 millones de dólares.

El resultado, sin embargo, no ha sido en principio aquel esperado por el propio presidente Zelensky aún cuando se denotó una mayor cordialidad que en los primeros encuentros entre ambos mandatarios. Principalmente, ello se debería a que la delegación ucraniana pretendía poder regresar a Kiev con un anuncio respecto de la entrega de nuevos misiles Tomahawk por parte de los EE.UU., posibilidad que sacudió el tablero de la guerra iniciada en 2022 por representar la potencial capacidad de realizar ataques en lo profundo del territorio ruso; suscitando en consecuencia diversas advertencias por parte del Kremlin respecto de una mayor escalada del conflicto.
Acorde a los primeros reportes locales, en función de las declaraciones emitidas por el propio Zelensky, ello se debería a que que su contraparte no buscaría tomar por el momento medidas que minen su frágil relación con el presidente ruso Vladimir Putin, en medio de lo que son esfuerzos por negociar un cierre para el conflicto. Más aún, en momentos donde la reunión prevista entre Trump y el propio Putin para ser llevada a cabo en Budapest, ha sido postergada por los desencuentros existentes sobre el futuro de la situación.

En línea con lo anterior, el propio Trump se refería al asunto de la siguiente manera: “De hecho, le pregunté (NdE: al presidente Putin a través de una llamada telefónica): ‘¿Les importaría si les doy un par de miles de misiles Tomahawk a su oposición?’. Se lo dije. Se lo dije precisamente así. No le gustó la idea (…) Nosotros también necesitamos misiles Tomahawk para Estados Unidos. Tenemos muchos, pero los necesitamos. Es decir, no podemos debilitar a nuestro país. Son vitales, muy potentes, muy precisos y muy buenos. Pero también los necesitamos.”
Finalmente, es importante considerar que estas marchas y contramarchas del presidente Trump no sólo se limitan a la entrega de los misiles Tomahawk hasta ahora aludida, sino que también a su mirada sobre las posibilidades de Ucrania para obtener un resultado favorable en el conflicto en curso. Mientras que el mes pasado el mandatario afirmaba que Ucrania sería capaz de recuperar el territorio perdido por los avances de las tropas rusas, lo que representaba un cambio prácticamente total de su postura inicial sobre la guerra, ahora deslizó “No creo que lo hagan, pero aún podrían ganarla (…) Cualquier cosa podría pasar. Ya saben, la guerra es algo muy extraño.” Entre este cambio de posturas, ocurría la llamada con el presidente Putin antes mencionada.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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