El Ministerio de Defensa de Australia informó que un avión de patrullaje marítimo P-8A Poseidon de la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF) fue interceptado el 19 de octubre de 2025 por un caza Su-35S de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF) mientras realizaba una misión de vigilancia sobre el Mar del Sur de China.
Según el comunicado oficial australiano, el caza chino “… liberó bengalas en estrecha proximidad al P-8A”, calificando la maniobra como “insegura y no profesional”, ya que “puso en riesgo a la aeronave y a su tripulación”. No obstante, el Ministerio de Defensa aclaró que no se registraron heridos ni daños en la aeronave australiana.

“El Gobierno australiano ha expresado sus preocupaciones al Gobierno chino tras esta interacción insegura y no profesional. La seguridad y el bienestar de nuestro personal de la Fuerza de Defensa Australiana continúan siendo nuestra máxima prioridad”, indicó el comunicado.
Australia también reafirmó que sus operaciones “se realizan conforme al derecho internacional, ejerciendo la libertad de navegación y sobrevuelo en aguas y espacios aéreos internacionales”, e insistió en que “todas las reclamaciones marítimas deben ser consistentes con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS)”.
Por su parte, el Comando del Teatro Sur del Ejército Popular de Liberación (PLA) declaró que el avión australiano “se adentró en el espacio aéreo territorial chino sobre las islas Xisha Qundao sin la aprobación del Gobierno chino”. En respuesta, la Fuerza Aérea y la Armada chinas “organizaron fuerzas para rastrear, monitorear y advertir a la aeronave australiana conforme a las leyes y regulaciones”, según informó el coronel Li Jianjian, portavoz del Comando del Teatro Sur.

Li afirmó que el vuelo australiano “violó gravemente la soberanía de China y pudo haber provocado accidentes marítimos o aéreos”, instando a Canberra a “detener inmediatamente tales movimientos provocativos”. Añadió además que las tropas chinas “se mantienen en alerta para defender firmemente la soberanía nacional, la seguridad y la estabilidad regional”.
El suceso ocurre en un contexto de recurrentes tensiones entre ambos países en el Mar del Sur de China. En febrero de este mismo año, un incidente similar tuvo lugar cuando un caza J-16 chino interceptó un P-8 Poseidon australiano, desplegando bengalas a unos 30 metros de la aeronave. En esa ocasión, el Gobierno chino también sostuvo que el avión australiano “entró deliberadamente en su espacio aéreo sobre Xisha Qundao sin autorización”, y defendió su accionar como “una medida legítima, profesional y contenida”.

Expertos militares atribuyeron el nuevo incidente a una estrategia de Australia de “mostrar lealtad a Estados Unidos dentro del marco de la competencia estratégica en el Indo-Pacífico”. Según Zhang Junshe, analista militar chino, el envío de aeronaves australianas al entorno marítimo chino “busca alinearse con la estrategia estadounidense y provocar deliberadamente a Beijing.
La Fuerza Aérea de China mantiene que continuará realizando “contramedidas firmes” ante cualquier incursión en lo que considera su espacio aéreo soberano, mientras que Australia insiste en que sus vuelos de patrullaje se realizan en zonas internacionales conforme al derecho internacional.
*Imágenes utilizadas a modo ilustrativo – Créditos a quien corresponda.
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