La Armada Española informó recientemente que el cazaminas “Tambre” (M-33) se encuentra en proceso de mantenimiento y recuperación en instalaciones de Navantia, en el marco de los trabajos de sostenimiento de la flota de la 21ª Escuadrilla de Medidas Contra Minas (MCM). El objetivo de estas labores es asegurar la plena disponibilidad del buque y prolongar su vida operativa en un contexto en el que la Armada mantiene un esfuerzo constante por modernizar y sostener sus capacidades de guerra de minas.
El M-33 “Tambre” pertenece a la Clase Segura, compuesta por seis unidades construidas en los astilleros de la Empresa Nacional Bazán (hoy Navantia) en Cartagena. Estos buques fueron diseñados específicamente para la detección, localización y neutralización de minas navales, empleando sistemas de sonar de alta frecuencia, vehículos submarinos teledirigidos y equipos de buceadores especializados.
Con un desplazamiento aproximado de 500 toneladas y una eslora de 54 metros, los cazaminas de esta clase están construidos en fibra de vidrio reforzada con plástico, lo que reduce su firma magnética y acústica, haciéndolos menos vulnerables a la activación de minas.
Los trabajos actuales en el “Tambre” forman parte de un plan más amplio de sostenimiento de la flota de superficie de la Armada. Según documentación oficial, el Ministerio de Defensa adjudicó a Navantia contratos marco para el mantenimiento preventivo y correctivo de motores diésel y sistemas auxiliares de diversos buques, con un presupuesto que supera los 75 millones de euros en el periodo 2025–2027.
En este contexto, el “Tambre” se beneficia de un proceso de recuperación que incluye revisiones estructurales, actualización de sistemas de propulsión y mejoras en equipos de detección y comunicaciones. Estas labores buscan extender la vida útil del buque hasta la entrada en servicio de futuros sistemas de guerra de minas no tripulados, actualmente en fase de desarrollo y pruebas dentro de la Armada Española.
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