A pesar de las reiteradas advertencias por parte del arco político ruso en caso de avanzar con la propuesta, EE.UU. continúa analizando la transferencia de sus misiles de crucero Tomahawk a Ucrania, lo que le brindaría a dicho país mayores capacidades de ataque a largas distancias. Durante el día de ayer fue el propio presidente Donald Trump, quién respondió a periodistas que estaban a bordo del avión Air Force One que se trataba de una posibilidad aún vigente, reconociendo además que se trataría de un nuevo paso en la escalada de la guerra.
Las palabras del mandatario estadounidense, se producen al poco tiempo que tuvo una llamada telefónica con su contraparte ucraniana, Volodymyr Zelensky, quién presentó las mas recientes novedades del conflicto y buscó impulsar la entrega de los misiles Tomahawk para reforzar las capacidades de llevar a cabo un supuesto contraataque. Cabe recordar, según la variante del misil que sea finalmente enviado, que los Tomahawk cuentan con un alcance máximo de hasta 2.500 kilómetros, por lo que en manos de las tropas ucranianas representarían la oportunidad de realizar operaciones incluso contra la capital rusa.

Mas aún, las pronunciaciones que mantienen viva la posibilidad de que Ucrania reciba el armamento en cuestión, son dadas a conocer en momentos donde el propio presidente Trump ha reflejado su decepción con Moscú por la falta de compromiso con las negociaciones de paz. En ese sentido, expresaba: “Podría decirle (NdE: a Rusia) que si la guerra no se resuelve, es muy posible que (NdE: enviemos Tomahawk hacia Ucrania), tal vez no, pero tal vez lo hagamos. ¿Quieren que los Tomahawk se dirijan hacia ellos? No lo creo.”
Desde el propio Kremlin el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, reconoció que el “espíritu” de la reunión concretada en Anchorage entre los presidentes de EE.UU. y Rusia ya estaba agotado. Por su parte el portavoz del ejecutivo ruso Dmitri Peskov, quién con anterioridad había expresado sus dudas respecto de que los misiles resultaran un factor que verdaderamente incline la balanza en favor de Ucrania, afirmó que se trata de un tema de “especial preocupación para Rusia” y que el envío de los Tomahawk marcaría una “nueva etapa de escalada cualitativa“.

Entre aquellos con mayor explosividad en sus declaraciones, como suele ser de costumbre desde el inicio de la guerra en Ucrania, se encuentra el ex-presidente ruso Dmitry Medvedev. A través de un comunicado publicado en la red social Telegram, indicó que sería imposible para las tropas rusas determinar si se trata de misiles equipados con ojivas nucleares al momento de ser lanzados, preguntándose posteriormente cuál debería ser la forma que su país adopte para responder; deslizando que podría estar considerándose una potencial respuesta nuclear.
Finalmente, resulta necesario mencionar, que durante la llamada telefónica que tuvo lugar entre Trump y Zelensky también se discutieron otros aspectos de la potencial ayuda futura que podrían enviar los EE.UU.. hacia Ucrania. Especialmente, se habló sobre la necesidad de reforzar las defensas aéreas del país frente a lo que ha sido un aumento de los ataques aéreos contra la infraestructura energética ucraniana, factor clave de cara al inicio del invierno europeo de muy bajas temperaturas.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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Y como saben los Ucranianos que los misiles rusos no tienen cabezas nucleares?
Esses russos têm direitos a fazer toda a trampa e os Ucranianos não
Quando foram eles a começar a Guerra estes kremelins precisão de
Uma lição forte