En lo que podría llegar a constituir una importante mejora para sus capacidades de disuasión, la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón habría recibido la recomendación por parte de un grupo de analistas respecto de avanzar en la incorporación de nuevos submarinos de propulsión nuclear, lo que responde al aumento de las tensiones en el Indo-Pacífico y al creciente poderío naval chino. Particularmente, se trata de un panel de expertos que fue creado durante el mes de febrero con el fin de evaluar como la institución progresaba en el cumplimiento de las estrategias de defensa niponas, el cuál también indicó que será de gran relevancia para el futuro que Tokio disponga de submarinos capaces de desplegar misiles de largo alcance lanzados verticalmente.
Según afirman reportes locales, el informe en cuestión habría sido presentado al Ministerio de Defensa japonés durante el mes pasado, siendo la cuestión de los submarinos su piedra angular. En el escrito, se expresa entre otras cosas la necesidad de que la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón logre que sus futuros ejemplares cuenten con mayores capacidades de ataque, a la vez que puedan permanecer en el mar por un mayor período de tiempo. Para esto último, los expertos indicaron que su sistema de propulsión de “próxima generación” no debería verse limitado a diseños convencionales, siendo ello lo que desató las especulaciones al respecto del tema nuclear.

Argumentando el motivo de esta recomendación, el panel de analistas apuntó que Japón deberá pensar su defensa mas allá de sus fronteras nacionales, adoptando mas bien un enfoque regional que tenga en cuenta la amenaza china. Mas aún, en el país asiático se ha comenzado a especular con la posibilidad de que el gobierno esté considerando cambios en la legislación que rige a las Fuerzas de Autodefensa desde el final de la Segunda Guerra Mundial, especialmente en términos de una distensión de los estrictos límites que regulan sus capacidades. Agregado a ello, una potencial decisión de desarrollar submarinos nucleares deberá también abordar la llamada Ley Básica de Energía Atómica, la cuál actualmente prohíbe que el país desarrolle proyectos e investigaciones con fines militares.
Esto último resulta de especial relevancia en los debates políticos de cara al futuro, con posturas encontradas entre la actual administración y algunas personalidades importantes del gobierno que la sucederá. Ejemplo ilustrativo de ello se halla en las declaraciones del actual secretario en jefe del gabinete nipón, Yoshimasa Hayashi, quién apuntó hace un año que el país enfrentaría un difícil escenario para obtener submarinos nucleares en caso de sostenerse la legislación actual. Por su parte, la potencial futura primer ministro Sanae Takaichi indicó que estaría de acuerdo con que la Fuerza Marítima de Autodefensa cuente con submarinos de propulsión nuclear, lo que a su entender no sería inconstitucional.

Independientemente de ello, cabe mencionar también que las antes mencionadas mejoras que implicaría la instalación de un sistema de lanzamiento vertical (VLS) ya han sido consideradas por el Ministerio de Defensa japonés con anterioridad, al igual que por una Kawasaki Heavy Industries que en 2023 presentó un nuevo diseño de submarino que incluía este tipo de sistemas entre la proa y la vela del submarino; tratándose de un diseño pensado como sucesor de la clase Taigei que la Fuerza Marítima de Autodefensa está actualmente en proceso de incorporar.
En línea con ello, los medios locales incluso han planteado las potenciales armas que podrían ser elegidas para emplearse junto a dicho sistema en el futuro, tratándose en particular de una posible nueva variante del misil Tipo 12 de fabricación local o los modelos Tomahawk de origen estadounidense; que ya están previstos para equipar a la flota de superficie de la Fuerza Marítima de Autodefensa. En ambos casos, se requeriría que los futuros diseños de submarinos nipones cuenten con un casco de mayor tamaño para poder albergarlos, lo que derivaría en la necesidad de contar con sistemas de propulsión mas potentes.

Sin embargo, es menester plantear que si bien la obtención de submarinos nucleares es una posibilidad para la institución, existen una amplia serie de obstáculos mas allá de los legales para que ello sea viable. Particularmente, los expertos señalaron que el desarrollo autóctono de estas capacidades implicaría una espera cercana a una década para contar con un primer ejemplar disponible para el servicio, mientras que el arrendamiento de submarinos a aliados como los EE.UU. también serían complicados en tanto los países ya tienen suficiente presión sobre sus flotas existentes. En suma, formando parte de una problemática que afecta a diversas fuerzas armadas en el mundo, Japón enfrenta a la escasez de personal militar; especialmente para sus tripulaciones de submarinos.
En esa línea, los analistas sugieren dos potenciales alternativas al desarrollo de ejemplares propulsados con energía nuclear, a saber: la adquisición de submarinos bajo un esquema similar al de Australia bajo el amparo del marco AUKUS, o en su defecto, apostar a diseños que combinen fuentes de propulsión convencionales para obtener una mayor potencia. Siguiendo esa última idea, podría tomarse como ejemplo a Corea del Sur, y sus nuevos submarinos que combinan baterías de iones de litio, motores diésel y un sistema AIP. Finalmente, existe una opción aún poco considerada en los sistemas submarinos no tripulados, tales como los modelos Orca estadounidenses o Ghost Shark australianos, lo que podría resolver de cuajo algunos de los principales problemas antes recogidos.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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