El Ministerio de Industria y Turismo de España anunció la concesión de 350 millones de euros en préstamos a Indra y a su unión temporal de empresas (UTE) con Airbus para avanzar en el desarrollo del Future Combat Air System (FCAS) y del sistema de armas de nueva generación (NGWS). La medida, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), busca fortalecer la participación española en el programa trinacional junto a Francia y Alemania.
Del total, Indra recibirá 270 millones de euros destinados al contrato tecnológico nacional del NGWS, orientado a madurar y estructurar capacidades clave en áreas de interés y habilidades necesarias para la integración del futuro sistema aéreo de combate. La UTE entre Indra y Airbus contará con otros 80 millones para la fase nacional del FCAS, enfocados en estudios de combate colaborativo, su implementación y demostraciones de sus capacidades.
El desembolso se realizará en varias anualidades: en 2025 se entregarán 278 millones de euros —214 millones para el NGWS y 64 millones para el FCAS nacional—, mientras que entre 2026 y 2029 se abonarán 18 millones de euros por año, de los cuales 14 se destinarán al NGWS y 4 al FCAS.
El Gobierno considera al NGWS un programa “crítico” para equipar a las Fuerzas Armadas con un sistema de combate aéreo de última generación. Según el real decreto publicado en el BOE, su desarrollo contribuirá a reforzar “la soberanía tecnológica, operativa y estratégica nacional” y favorecerá la interoperabilidad con aliados de la OTAN. El subprograma FCAS nacional también es visto como “clave” para impulsar el crecimiento del sector tecnológico e industrial español.
El FCAS, concebido para sustituir a los cazas Rafale franceses y Eurofighter Typhoon europeos a partir de 2040, enfrenta actualmente una de las mayores crisis desde su creación en 2017. Las diferencias entre Francia y Alemania sobre la distribución industrial han tensado las negociaciones. Dassault Aviation reclama mayor poder de decisión en el desarrollo del New Generation Fighter (NGF) y sostiene que la actual estructura de gestión podría provocar retrasos.
“Si fracasamos en llegar a un acuerdo sobre el FCAS, no hay motivo de preocupación, Francia ya ha construido, sabe cómo construir y construirá un caza por su cuenta. ‘Solo’ no significa únicamente en Francia, podríamos involucrar un ecosistema europeo de subcontratistas”, declaró un funcionario francés que pidió el anonimato. La fecha prevista de entrada en servicio del avión —2040— fue calificada como “no negociable”.
Otro punto de fricción es el diseño del futuro caza. Francia propone una aeronave de 15 toneladas para operar desde portaaviones, mientras que Alemania prefiere una de 18 toneladas enfocada en superioridad aérea. Según funcionarios franceses, un modelo más pesado requeriría un motor más potente, lo que podría retrasar el programa.
En agosto, la ministra española de Defensa, Margarita Robles, instó a los tres países a mantener una estrecha colaboración. Por su parte, el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, propuso realizar una reunión en Berlín para definir el rumbo del proyecto, cuyo coste se estima en unos 100.000 millones de euros.
España, que se sumó al FCAS en 2019 y respalda las posiciones de Alemania, considera al programa fundamental para el futuro de su aviación de combate. Madrid descartó la adquisición de cazas de quinta generación F-35 y confía en el éxito del FCAS para garantizar sus capacidades aéreas en las próximas décadas.
Se prevé que los ministros de Defensa de Francia, Alemania y España se reúnan en octubre para intentar reconducir el proyecto, mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, prepara una visita oficial a Alemania en el mismo periodo. El desenlace de estas negociaciones será decisivo para el avance del FCAS y el equilibrio industrial y estratégico de la defensa aérea europea.
*Imágenes a modo ilustrativo.
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