De cara a la década del 2040, la Fuerza Aérea de EE.UU. estaría planificando que sus aeronaves C-5 Galaxy y C-17 Globemaster puedan ser reemplazados por un único avión de transporte, lo que permitiría facilitar la transición hacia la nueva plataforma en el futuro. A fechas actuales, la institución se encuentra en etapas iniciales de elaboración y planteo de los requisitos para lo que se ha denominado Transporte Aéreo de Próxima Generación (NGAL), aunque ya es conocido por medios especializados estadounidenses que se buscará una plataforma más veloz y flexible en términos operativos, además de equiparla con nuevos sistemas de defensa contra amenazas terrestres y aéreas para aumentar su supervivencia en el campo de batalla moderno.

La novedad en cuestión fue planteada por el general John Lamontagne, actual jefe del Comando de Movilidad Aérea, durante una mesa redonda con el medio The Warzone y otros actores del ámbito de defensa local; la cuál se realizó en paralelo a la mas reciente edición de la Conferencia Aérea, Espacial y Cibernética 2025 de la Asociación de Fuerzas Aéreas y Espaciales (AFA). Dicha autoridad afirmó que se trata de un importante proyecto de cara al futuro, en tanto la Fuerza Aérea estadounidense dispone en 2025 de un total de 222 aviones C-17 y 52 aeronaves C-5 que fueron incorporadas al servicio a partir de la década del 90 y del 80 respectivamente; ninguna de las dos se sigue fabricando en la actualidad.

Recogiendo algunas de las propias declaraciones del general Lamontagne refiriéndose al estado actual del programa: “(NdE: Buscamos) básicamente una oferta dos por uno para reemplazar tanto al C-17 como al C-5 (…) Con esto en mente, nos acercamos a mediados de 2040. Cuando digo dos por uno, probablemente adquiramos un solo avión. No conseguiremos un reemplazo para el C-5 y un reemplazo para el C-17. Habrá un solo avión para el transporte aéreo estratégico.” Agregado a ello, manifestó que la institución está confeccionando una evaluación basada en capacidades, con la cuál se espera poder conocer en profundidad las prestaciones con las que deberá contar la nueva plataforma y que esquema de mantenimiento tendrá asociado a su vida útil.

Como fue mencionado en las primeras líneas, uno de los principales aspectos que se evaluarán serán las capacidades de la plataforma para operar en entornos fuertemente cargados con defensas aéreas enemigas, especialmente pensando en sistemas de misiles de largo alcance como los que desarrolla China en la actualidad; tanto para baterías en tierra como para sus cazas en el aire. Otra de las pistas deslizadas, se halla en la forma de reabastecer combustible en tierra, buscando que sea un proceso mas rápido que los actuales para evitar tener a la aeronave en la pista por mucho tiempo y por tanto expuesta a potenciales amenazas; el mismo principio opera para los sistemas de carga y descarga.

Puesto nuevamente en palabras del general Lamontagne: “Obviamente, corremos un gran riesgo en tierra, estando en algún lugar. Por lo tanto, no queremos estar tres horas en tierra. Si pudiéramos reabastecernos mucho más rápido, no es que tardemos tres horas en reabastecer un C-17, pero tres minutos serían mejor que 30 minutos (…) Ahora mismo, sabemos qué hacer y adónde ir. Tenemos que desarrollar los sistemas defensivos, seguir desarrollándolos, y estamos realizando numerosas pruebas y experimentos al respecto para poder ampliarlo.

Esta concepción de la nueva plataforma, sin embargo, hizo suscitar dudas respecto de que tan viable es unificar las capacidades de ambas aeronaves que se buscan sustituir en el futuro en una sola plataforma. La cuestión no resulta menor, en tanto cada una de ellas presenta distinta capacidad de carga, tamaño, y funciones; como así también diferencias en las necesidades logísticas asociadas a las bases que los reciben. En ese sentido, la Fuerza Aérea reconoció que su futuro NGAL podría incluir mas de un diseño para abordar esta problemática, aunque expresó sus preocupaciones respecto de los costes asociados al desarrollo de diversas variantes, especialmente en tiempos donde encara otros proyectos de mayor prioridad como lo es la modernización de sus medios de disuasión nuclear.

Finalmente, es de utilidad recordar que la USAF ya ha explorado anteriormente nuevos conceptos para sus aeronaves de mayor tamaño, que incorporen aspectos furtivos e incluso con potencial capacidad de despegue y aterrizaje vertical. Particularmente, nos referimos al desarrollo de aeronaves de reabastecimiento NGAS, el cuál también sufrió múltiples obstáculos asociados a sus altos costes al punto de que estudios realizados por la propia fuerza recomendaran abandonar el proyecto. En la actualidad, según reporta el medio anteriormente citado, la institución busca impulsar su desarrollo a través de iniciativas independientes y podría utilizar las lecciones aprendidas en su desarrollo para la nueva plataforma NGAL.

*Imágenes empleadas a modo ilustrativo

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