Englobados en los planes de modernización vigentes para la Fuerza Aérea del Perú (FAP), el Ministerio de Defensa anunció la próxima incorporación de 12 nuevos aeronaves subsónicas que complementarán la futura adquisición de 24 cazas multirol de última generación. La medida responde a la necesidad de fortalecer el control efectivo del espacio aéreo, en particular frente a amenazas vinculadas al narcotráfico y a la protección de las fronteras, al tiempo que se busca reemplazar a plataformas ya retiradas como los aviones de ataque A-37B Dragonfly, y eventualmente complementar a los Sukhoi Su-25.

El anuncio fue realizado por el ministro de Defensa, Walter Astudillo Chávez, durante su presentación en la Comisión de Defensa Nacional del Congreso. Según precisó, la primera fase contempla la compra de 12 unidades, con un procedimiento que ya se encuentra en marcha, mientras que el resto se sumará en un segundo tramo. De esta manera, el país avanza en una estrategia de reequipamiento que contempla tanto aeronaves de primera línea como aviones intermedios con roles de ataque ligero e interdicción aérea.

Astudillo Chavez también destacó que, además de los nuevos aviones, se proyecta reforzar la flota de helicópteros y modernizar la infraestructura de pistas de aterrizaje en zonas críticas. El objetivo es ampliar la presencia del Estado en áreas remotas y garantizar la movilidad de las Fuerzas Armadas en un territorio marcado por condiciones geográficas complejas y por la extensión de más de 7000 kilómetros de fronteras terrestres.

En lo que respecta a las opciones de aviones subsónicos para la Fuerza Aérea, uno de los candidatos con mayor potencial es el FA-50 de Korea Aerospace Industries (KAI). Esta aeronave de origen surcoreano, ya evaluada en la región, y si bien alcanzan velocidades supersónicas, podrían servir como reemplazo de los entrenadores MB-339 (retirados hace más de una década) y los recientemente dados de baja A-37B Dragonfly. Los acuerdos de cooperación entre Corea del Sur y el Perú, que incluyen la coproducción de componentes aeronáuticos, refuerzan el atractivo de esta propuesta y abrirían la posibilidad de una integración industrial más profunda.

AT-6E Wolverine. Créditos

Otra alternativa bajo análisis es el AT-6 Wolverine de Textron Aviation Defense, un avión de ataque ligero derivado del T-6 Texan II. La FAP ya envió representantes a evaluar sus capacidades en Estados Unidos, donde se destacó su equipamiento moderno, que incluye aviónica digital y sistemas de observación multisensor, así como su versatilidad para operar armamento guiado y no guiado. Este modelo aparece como una opción pragmática para cubrir la brecha dejada por los Dragonfly, ofreciendo un balance entre costos de operación y capacidad de ataque ligero.

La decisión final dependerá de factores presupuestarios, la transferencia tecnológica y la alineación con los planes estratégicos de la FAP. No obstante, la incorporación de aeronaves subsónicas se perfila como un paso decisivo para cubrir el segmento intermedio entre los entrenadores y los futuros cazas multirol, asegurando al Perú una mayor capacidad de vigilancia y control aéreo en el corto y mediano plazo.

*Imágenes empleadas en carácter ilustrativo.-

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