La renovación de la aviación de combate de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) a través de la incorporación de los cazas Saab F-39 Gripen E/F constituye uno de los programas de reequipamiento militar más relevantes de la región en los últimos años. No obstante, el calendario de entregas inicialmente previsto ha sufrido modificaciones significativas, lo que obligó a extender la finalización del proceso hasta el año 2032. Este nuevo horizonte temporal contrasta con las previsiones originales del programa F-X2, que planteaban un cronograma mucho más ambicioso y concentrado en pocos años, con la expectativa de dotar a la FAB de una capacidad operativa plena en plazos considerablemente más breves.
En el contrato inicial, se había estipulado que las 36 aeronaves serían entregadas en un lapso de apenas cuatro años, con un ritmo de producción y transferencia que llegaba a superar las siete unidades anuales en algunos tramos. Bajo esas condiciones, el plan contemplaba que la Fuerza Aérea pudiera completar la sustitución de su flota de cazas en un período reducido, asegurando la rápida incorporación de nuevas capacidades y la consolidación de una doctrina operativa basada en el Gripen E/F como eje de su poder aéreo.

La evolución del programa, sin embargo, ha seguido un rumbo muy distinto al previsto inicialmente. De acuerdo con lo expuesto en la PEC 55/2023 durante una audiencia pública de la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional (CRE), el escenario actualizado, identificado como TA12, establece que la entrega de las 36 aeronaves se completará en un lapso de once años. Este calendario contempla, por ejemplo, la incorporación de apenas una unidad en el próximo año, a la que le seguirán cuatro en 2027, cinco en 2028, dos en 2029, tres en 2030, cinco en 2031 y otras cinco en 2032. El contraste con la cadencia originalmente proyectada, que preveía una llegada mucho más sostenida de aviones, resulta evidente y refleja cómo las dificultades financieras e industriales terminaron por alterar de manera profunda la planificación inicial del programa.
Las causas de este reordenamiento se encuentran, en gran medida, en los factores presupuestarios. Brasil ha debido enfrentar dificultades en la previsión y asignación de recursos destinados a defensa, una situación que derivó en un sobrecosto equivalente al 13 % por encima del valor originalmente pactado en el contrato. Ese incremento, que en términos comparativos representaría el costo de adquisición de seis cazas adicionales, refleja las tensiones existentes en la gestión financiera del programa y la falta de una planificación más coherente en la distribución de las partidas. Todo ello ha puesto en evidencia la dificultad de sostener un ritmo de inversión constante y equilibrado a lo largo del tiempo.

Pese a estas dificultades, la introducción del Gripen E/F en servicio ha significado un salto tecnológico sin precedentes para la Fuerza Aérea Brasileña. Los aviones cuentan con un radar AESA de arquitectura avanzada, sistemas de guerra electrónica de última generación, comunicaciones seguras y el enlace de datos Link BR2, diseñado específicamente para la FAB. A ello se suma la capacidad de operar con el misil aire-aire de largo alcance Meteor, que otorga al Gripen una superioridad en combate más allá del alcance visual (BVR) inédita en Sudamérica y que coloca a Brasil en una posición destacada en materia de aviación de combate dentro del continente.
Un aspecto fundamental del programa ha sido la participación de Embraer, que actúa como socio industrial clave en el proceso de transferencia tecnológica y producción local. Desde la llegada de las primeras aeronaves en 2019, Brasil no solo ha recibido los cazas ensamblados en Suecia, sino que también ha iniciado la fabricación nacional de un lote de unidades Este proceso ha permitido acumular experiencia en integración de sistemas, mantenimiento y entrenamiento de pilotos y técnicos, consolidando a la industria brasileña como un referente regional con capacidad para proyectar conocimientos y servicios vinculados a la operación del Gripen.
*Imagenes empleadas en carácter ilustrativo.-
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Esto es un desastre, 18 años despues de la firma de contrato para entregar solo 36 aviones es una locura, en octubre de 2014 se firmo el contrato que se deberia terminar en 2024, y ahora 2032, cuando llegue el ultimo caza en 2032 estara obsoleto y necesitara una modernizacion de toda la eletronica como radar, computadora de mision, guerra electronica. El costo de la «industria nacional» si no mueves grandes cantidades de dinero y numero de sistemas pasa esto, para que aprendan los que quieren proyectos locales en Argentina.
Una verguenza y falta de planificacion de la parte brasilera que demuestra que ese pais sudamericano nunca tuvo un proposito efectivo con la compra del sistema de armas Gripen (y deja un mal precedente para la firma SAAB).
En buena hora que el F-16 a paso firme esta ingresando a sudamerica, considerando que Peru se convertira en el proximo operador de ese sustema de armas despues de Venezuela, Chile y Argentina.
Cómo podría esto sentar un mal precedente para Saab?