En el marco de la tercera fase de la Operación Atlas, la Infantería de Marina de Brasil llevó a cabo en el Campo de Entrenamiento de Formosa (Goiás) una serie de ejercicios con fuego real que incluyeron la puesta a prueba de los nuevos misiles antitanque 1.2 AC MAX. Como parte de este despliegue, que movilizó a más de 2.500 efectivos, 180 vehículos y aeronaves, la fuerza buscó perfeccionar la integración de sus unidades y validar la operatividad de sistemas recientemente incorporados, consolidando su preparación frente a escenarios realistas de combate.

Fotografía empleada a modo de ilustración

El misil 1.2 AC MAX fue incorporado a los Batallones de Infantería de Marina en junio de este año, tras un proceso de desarrollo, adaptación y entrenamiento que demandó más de un millón de horas de trabajo conjunto entre personal técnico, logístico y operativo. Esta nueva capacidad permite a las tropas brasileñas enfrentar con mayor eficacia blindados y vehículos de combate, aportando un incremento significativo en el poder disuasivo de la Marina en operaciones terrestres y anfibias.

Con un alcance efectivo de hasta 2 kilómetros, una velocidad de 240 metros por segundo y la capacidad de penetrar blindajes de más de 300 milímetros, el misil antitanque 1.2 AC MAX (anteriormente denominado MSS 1.2AC) representa un salto cualitativo respecto a los sistemas previamente en servicio. Durante la fase de entrenamiento en Formosa, se planificaron nueve lanzamientos para evaluar el rendimiento del arma en distintas condiciones operacionales, tanto en escenarios defensivos como ofensivos.

Junto con los misiles antitanque, la Marina de Brasil también ensayó por primera vez una nueva munición merodeadora, también conocida como drone kamikaze.

Se trata de un prototipo desarrollado localmente, con una envergadura de 1,64 metros, un fuselaje de 65 centímetros y una autonomía de hasta 25 minutos. Con un alcance de 5 kilómetros y una carga explosiva diseñada para neutralizar blindados y aeronaves, esta incorporación amplía el abanico de capacidades ofensivas de la fuerza, que hasta ahora solo disponía de drones para misiones de inteligencia y reconocimiento.

El ejercicio en Formosa incluyó, además, lanzamientos de misiles antiaéreos Mistral, fuego de ametralladoras calibre .50, artillería de 105 mm y operaciones conjuntas con blindados, tropas paracaidistas y comandos anfibios. Estas maniobras reflejan el carácter integral de la Operación Atlas, concebida para reforzar la interoperabilidad de las Fuerzas Armadas y entrenar la respuesta ante amenazas convencionales en la región amazónica, en un entorno controlado y seguro.

La fase en curso de la Operación Atlas concluirá el próximo 11 de octubre, mientras que la demostración final de capacidades está programada para el 16 de septiembre en el propio Campo de Entrenamiento de Formosa. Con este ejercicio, la Marina de Brasil ratifica su intención de ampliar y modernizar su abanico de sistemas de armas, combinando experiencia acumulada en décadas de operaciones con innovaciones que buscan responder a los desafíos del teatro de operaciones contemporáneo.

*Créditos de las imágenes: Marina de Brasil.-

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