En lo que es un nuevo paso para el programa B-21 Raider, la Fuerza Aérea de EE.UU. confirmó que tuvo lugar el primer vuelo del segundo de sus nuevos bombarderos furtivos de sexta generación, mismo que arribó a la Base Aérea de Edwards durante el día de ayer tras haber volado desde las instalaciones de Northrop Grumman en Palmdale (California). Acorde fue informado a través de canales oficiales, la segunda aeronave se integrará a la institución con el fin de poder acelerar el período de pruebas al cuál la plataforma en su conjunto está siendo sometida, especialmente facilitando los testeos de los sistemas críticos de misión y de la integración de armas.

Al respecto se expresó el general David Allvin, actual Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, quién afirmaba: “La incorporación de un segundo B-21 al programa de pruebas de vuelo acelera el proceso de despliegue. Al contar con más activos en el entorno de pruebas, ponemos esta capacidad a disposición de nuestros combatientes con mayor rapidez, lo que demuestra la urgencia con la que abordamos la modernización.” Por su parte el Secretario de la Fuerza Aérea, Troy Meink, manifestó: “Con la llegada del segundo B-21 Raider, nuestra campaña de pruebas de vuelo gana un impulso sustancial.”
Agregado a ello, la Fuerza Aérea estadounidense destacó que la entrega de una aeronave adicional servirá para acelerar el paso en materia de formación de los futuros técnicos encargados de brindarle mantenimiento a la plataforma B-21, además de permitir que se prueben las diferentes herramientas y procedimientos asociados a dichos procesos. Desde el fabricante, la mencionada compañía Northrop Grumman, se informó que el personal en cuestión utilizará la Herramienta de Gestión de Flotas B-21 actualmente en desarrollo; que según se afirma toma las lecciones aprendidas de diversos sistemas producidos anteriormente y que equiparon a las Fuerzas Armadas de EE.UU.
Por otro lado, la compañía estadounidense detalló que sigue trabajando en colaboración con la Fuerza Aérea para concretar una amplia serie de pruebas en tierra, cuyo objetivo es garantizar las prestaciones del bombardero de cara a su llegada a manos de sus futuras tripulaciones. Ello incluye evaluaciones en condiciones de misión extremas y proyecciones de desgaste a lo largo de su vida útil en simuladores. En principio, Northrop Grumman afirma que los datos allí obtenidos demuestran un desempeño superior al previsto por los modelados digitales iniciales, lo que ha reforzado la confianza de la USAF en la plataforma.
En paralelo a estos avances, la fuerza está avanzando a paso firme en los planes para realizar extensos proyectos de construcción en las que serán las tres principales bases operativas que alojen al B-21, los cuáles serían anunciados en el curso del próximo año. En el caso particular de la Base Aérea de Ellsworth, situada en Dakota del Sur, la institución deslizó que ya están en proceso los trabajos de infraestructura necesarios para recibir a los bombarderos de sexta generación, apuntando a que sea la primera en recibir a las aeronaves una vez estén operativas.
*Créditos de las imágenes: Fuerza Aérea de EE.UU.
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