En el marco del Programa Fragatas Clase Tamandaré (PFCT), la Marina de Brasil ha iniciado la formación y capacitación de sus tripulaciones, siendo este un proceso clave para asegurar la operatividad de sus futuras unidades de superficie. La preparación de los efectivos acompaña los avances constructivos y técnicos de la primera unidad, la fragata Tamandaré (F200), actualmente en fase de pruebas de mar, y de la recientemente botada Jerônimo de Albuquerque (F201).
El 1 de septiembre comenzó oficialmente el Plan de Entrenamiento y Capacitación de la Tripulación en las instalaciones del astillero Thyssenkrupp Estaleiro Brasil Sul, en Itajaí, Santa Catarina. Este programa, diseñado para garantizar la plena calificación del personal naval, incluye instrucción en sistemas, entrenamientos en muelle (Pier Training) y adiestramiento en navegación (Sea Training). La coordinación está a cargo de EMGEPRON y de la Sociedad de Propósito Específico Águas Azuis, consorcio integrado por Thyssenkrupp Marine Systems, Embraer Defesa & Segurança y Atech.

La fase inicial de este plan ha estado orientada a la ambientación de la tripulación con los equipos, procedimientos y sistemas de la fragata. Se busca no solo el dominio técnico de las plataformas y subsistemas, sino también consolidar rutinas operativas que aseguren la transición sin fisuras desde el astillero hacia el servicio activo. Al finalizar el ciclo, los efectivos estarán en condiciones de operar la Tamandaré con seguridad, eficiencia y prontitud, fortaleciendo la capacidad de respuesta de la Marina de Brasil.
El entrenamiento avanza en paralelo al desarrollo de hitos tecnológicos y constructivos del programa. La fragata Tamandaré, buque líder de la clase, concluyó en agosto sus primeras salidas al mar, destinadas a verificar el rendimiento integral de la plataforma, armamento, sensores y sistemas de combate. Estos incluyen el Sistema de Gestión de Combate (CMS), que integra 22 subsistemas y coordina desde los misiles antibuque MANSUP y los antiaéreos Sea Ceptor hasta el cañón de proa de 76 mm, los cañones antiaéreos de 30 mm, sistemas lanzatorpedos y de contramedidas electrónicas. Complementa estas capacidades el Sistema Integrado de Gestión de Plataforma (IPMS), que supervisa propulsión, energía, control de daños y otros 68 sistemas esenciales.

La Marina de Brasil prevé recibir las cuatro fragatas antes de 2029, reemplazando progresivamente a la veterana clase Niterói. Con la capacitación de sus tripulaciones ya en marcha y la Tamandaré navegando en sus primeras pruebas de mar, el programa avanza con paso firme hacia la fase operativa. Este proceso refleja no solo la modernización de la fuerza naval, sino también la consolidación de una industria de defensa capaz de responder a las demandas de seguridad marítima y de proyectar poder en un escenario geopolítico cada vez más dinámico.
*Imágenes empleadas en carácter ilustrativo.-
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