A poco mas de un mes de que la Fuerza Aérea de EE.UU. anunciara que recortaría los planes de adquisición de la plataforma, la empresa L3Harris dio a conocer que aumentó sus capacidades de producción para el nuevo avión de ataque OA-1K Skyraider II, mismo que fue diseñado para equipar al Comando de Operaciones Especiales de la USAF. Particularmente, se detalla que los trabajos en cuestión implicaron la expansión de las instalaciones que la compañía posee en la localidad de Waco, misma que se sitúa en el estado de Texas.
Ampliando en detalles, el comunicado oficial de L3Harris expresa que las nuevas aeronaves serán producidas en un hangar totalmente actualizado con herramientas y líneas de producción avanzadas, las cuáles fueron obtenidas por la empresa con el fin de agilizar y optimizar los procesos de fabricación y posterior testeo. Al momento del anuncio, realizado el pasado 27 de agosto, la empresa manifestó que las instalaciones ya están operativas y en camino de construir nuevos ejemplares OA-1K Skyraider II, proyectando que las entregas puedan concretarse mensualmente a la Fuerza Aérea estadounidense en cumplimiento con sus requerimientos.

Al respecto de estas cuestiones se manifestaba Jason Lambert, presidente de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento de L3Harris: “Este hangar reúne el talento y la tecnología necesarios para avanzar rápidamente en la misión Skyraider II y entregar el avión OA-1K. El sitio, que apoyó el desarrollo del prototipo, las pruebas de vuelo y la certificación de la FAA, está en una posición privilegiada para llevar adelante esta misión.”
Por su parte el congresista republicano por Texas, Pete Sessions, destacaba el rol que la compañía tiene para el desarrollo económico de la localidad y que ahora fortalecerá con su hangar actualizado: “L3Harris es un socio sólido para Waco, como lo demuestra su inversión en la apertura de la planta de producción del Skyraider II. La innovación que se está implementando aquí en el centro de Texas no solo revolucionará los avances en el campo de batalla, sino que también fortalecerá nuestra economía local.“

Retomando lo mencionado inicialmente respecto de las dudas de la Fuerza Aérea estadounidense sobre la aeronave en particular, cabe recordar que a finales de julio la institución recortaba de doce a seis OA-1K Skyraider II para ser adquiridos durante el próximo año fiscal, mientras que en su presentación presupuestaria del año pasado ya había hecho un recorte similar de quince a doce ejemplares. Cabe recordar en este punto, que la USAF pretendía contar con un total de 75 nuevos aviones de ataque para reforzar las capacidades de apoyo a sus unidades de operaciones especiales, aunque para dicha fecha sólo contaba con 45 bajo contrato.
Ello no quita, sin embargo, que la institución dejara de realizar diversas pruebas con las aeronaves que ya posee con el fin de garantizar que estas cumplen con los requerimientos operativos. Tal y como reportábamos oportunamente, dichas evaluaciones se llevaban a cabo desde la Base Aérea de Eglin, estando a cargo de efectivos pertenecientes a la 96° Ala de Pruebas. Acorde era planteado, los testeos previstos incluían una primera etapa en la que se pondría a prueba la aeronavegabilidad de los OA-1K Skyraider II, mientras que en una etapa posterior se los evaluaría en su rol de apoyo aéreo cercano, inteligencia armada y reconocimiento.
*Créditos de las imágenes: L3Harris
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