En el marco de una entrevista brindada al medio especializado The War Zone durante el simposio Tailhook, el almirante Daniel Cheever de la Armada de EE.UU. manifestó que la institución espera con entusiasmo la decisión oficial para avanzar en la selección de su nuevo caza de sexta generación F/A-XX, pilar de lo que serán las estrategias de combate aéreo que la fuerza prepara para el futuro. En dicho programa, únicamente se mantendrían en competencia los fabricantes Boeing y Northrop Grumman, mismas que en fechas recientes han decidido presentar las primeras imágenes de sus diseños conceptuales.

Recogiendo algunas de las declaraciones del almirante Cheever: “(NdE: El programa F/A-XX está) listo para la selección de proveedores, y estamos entusiasmados. La Armada aún no ha tomado una decisión (…) Estamos esperando la decisión, y yo no soy quien la toma. Simplemente la espero con ansias.

Con dichas afirmaciones, la institución parece haber dejado atrás lo que en el mes de junio se configuraba como un posible congelamiento del programa por decisión del Pentágono, momento en el que se afirmaba que la cartera de defensa prefería abocar sus recursos al programa F-47 de la Fuerza Aérea estadounidense. Ante dicha perspectiva, diversos actores de la fuerza y la industria se habían expresado en defensa de que la Armada de EE.UU. contara con su propio caza embarcado de sexta generación, mirada a su vez compartida por el Congreso; que ya avaló un presupuesto para 2026 que otorga fondos para que el desarrollo siga según estaba planificado.

Ejemplo ilustrativo de dicha posición resultan las palabras del almirante Daryl Caudle, actual Jefe de Operaciones Navales de la Armada Estadounidense, quién expresaba: “Nada en la Fuerza Conjunta proyecta un poder de combate desde el mar como el de un Grupo de Ataque de Portaaviones, cuyo núcleo central es un portaaviones de propulsión nuclear (CVN). Para mantener este poder de ataque, el CVN debe contar con un ala aérea compuesta por los cazas de ataque más avanzados.” Agregaba además: “Por lo tanto, la capacidad de mantener la superioridad aérea frente a competidores similares se verá comprometida si la Armada no logra desplegar un caza de ataque de sexta generación en un plazo razonable.

A la par que ello ocurre, la Armada de EE.UU. también ha presentado avances en el desarrollo de su nuevo drone de reabastecimiento MQ-25 Stingray, pensado como uno de los principales complementos para la aviación naval de cara al futuro, especialmente para los F/A-XX. Se trata de un elemento de gran relevancia no sólo por la capacidad de poder llevar a cabo maniobras de reabastecimiento a bajo coste y sin necesidad de un piloto adicional en el área de operaciones, sino que también, en tanto permitiría liberar a los cazas F/A-18E/F Super Hornet que actualmente se emplean para dicho fin con una configuración especial. Acorde a informes recientes de la fuerza, entre 20 y 30 de cada 100 despegues de la plataforma tienen por objetivo participar de estas misiones.

Finalmente, retomando lo mencionado sobre las presentaciones de diseños conceptuales para el próximo F/A-XX, cabe recordar que la propia Boeing lo reveló durante el propio simposio Tailhook en el que el almirante Cheever brindaba sus declaraciones. La compañía ya ha sido seleccionada por la Fuerza Aérea para su F-47 y se ha especulado con que su diseño del F/A-XX sea un derivado de dicha aeronave para evitar mayores costes y potenciales problemas técnicos; una de las principales preocupaciones de los analistas para el programa. Por su parte, Northrop Grumman hizo lo propio durante el pasado mes de agosto, presentando un diseño que se centraba en la furtividad y que tampoco parecía contar con ningún tipo de empenaje.

*Imágenes empleadas a modo ilustrativo

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