Como parte de los esfuerzos de modernización de su flota de helicópteros UH-60 Black Hawk, el Ejército de Estados Unidos (US Army) adjudico un nuevo contrato de US$ 43 millones a la firma Sikorsky, subsidiaria de Lockheed Martin, abriendo interesantes posibilidades de cara al futura en términos de capacidades. El acuerdo se centra en dos áreas fundamentales: la mejora de la estructura del fuselaje y el desarrollo de una red troncal digital que facilitaría la integración rápida de sistemas aéreos no tripulados (UAS), abriendo la posibilidad a la integración de municiones merodeadoras.

La compañía informó que la integración de esta red permitiría incorporar con mayor agilidad nuevas capacidades, entre ellas los denominados “efectos de lanzamiento”, lo que potencialmente habilitaría al Black Hawk a desplegar UAS y municiones merodeadoras. Este avance forma parte de la prioridad a corto plazo del Ejército estadounidense de dotar a la aeronave de mayores capacidades de misión.
“Sikorsky está listo para implementar nuevas tecnologías que fortalecerán el helicóptero Black Hawk, probado en combate, y brindarán a los soldados del Ejército de los EE. UU. una mayor ventaja en áreas como el Indopacífico”, señaló Hamid Salim, vicepresidente de Sistemas del Ejército y la Fuerza Aérea de Sikorsky. “La integración de los efectos de lanzamiento en el Black Hawk mejorará sus capacidades y le proporcionará una ventaja significativa. La modernización está reduciendo costos, aumentando la eficiencia y mejorando el mantenimiento y el mantenimiento general de la aeronave”.

El contrato también incluye el uso de ingeniería de sistemas basada en modelos (MBSE, por sus siglas en inglés), una metodología digital que busca optimizar el diseño, las pruebas y el mantenimiento de los sistemas antes de la construcción de prototipos físicos. De acuerdo con la compañía, esta técnica podría reducir riesgos y agilizar el ciclo de modernización.
Sikorsky destacó que la red troncal digital del Black Hawk se apoyará en un Enfoque de Sistema Abierto Modular (MOSA), lo que permitiría incorporar rápidamente nuevos sistemas frente a amenazas emergentes. En este marco, Lockheed Martin y el Ejército estadounidense prevén establecer para el año 2026 una capacidad de integración de efectos de lanzamiento.

Las futuras mejoras contemplan un motor más potente, actualizaciones en la estructura, un sistema de combustible mejorado y controles de vuelo con autonomía e inteligencia artificial. Estas capacidades, en etapa de desarrollo, estarían orientadas a incrementar la carga útil, el alcance operativo y la seguridad de las misiones.
Sikorsky ya ha comenzado a aplicar algunos avances tecnológicos en la flota. Entre ellos se encuentran los kits de sistemas de escape invertidos II, diseñados para proporcionar al Black Hawk mejoras en la supresión de infrarrojos, reducción de peso y mayor fiabilidad en el mantenimiento.
“Junto con nuestro equipo de cientos de proveedores estadounidenses, nos comprometemos a entregar el Black Hawk modernizado más avanzado y capaz al Ejército de los EE. UU.”, agregó Salim. “Esperamos continuar nuestra colaboración con el Ejército para garantizar que el Black Hawk siga siendo un componente vital de las capacidades de defensa de nuestra nación en los próximos años”.

La modernización del UH-60 Black Hawk se enmarca en los esfuerzos del programa Future Vertical Lift (FVL) del Ejército de EE.UU., que considera a los sistemas de efectos lanzados desde el aire (Air Launched Effects, ALE) como elementos clave en operaciones multidominio futuras. Entre los sistemas probados se encuentra la familia ALTIUS (Air-Launched, Tube-Integrated, Unmanned System), aunque se prevé que puedan desarrollarse nuevas municiones específicamente adaptadas para su integración en esta plataforma.
*Imagen de portada obtenida de Lockheed Martin.
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