En el marco de las operaciones de seguridad marítima impulsadas por Estados Unidos en la región, tres destructores de misiles guiados la Armada norteamericana, junto a un submarino nuclear, serán desplegados frente a las costas de Venezuela con el objetivo de reforzar la lucha contra el narcotráfico. En este contexto, la US Navy destacó a los buques de la clase Arleigh Burke son el USS Gravely (DDG-107), USS Jason Dunham (DDG-109) y USS Sampson (DDG-102), caracterizados por estar equipados con el sistema de gestión de combate AEGIS.

El USS Gravely y el Jason Dunham zarparon desde Mayport la semana pasada, mientras que el Sampson se encuentra próximo al Canal de Panamá. Además, el Buque de Combate Litorial USS Minneapolis-St. Paul (LCS-21) ya opera en las cercanías de Curazao, en tanto que el Iwo Jima Amphibious Ready Group (ARG) permanece en Norfolk a la espera de condiciones meteorológicas favorables tras el paso de un huracán.

Junto a los medios de superficie, el despliegue incluye unidades aéreas y un submarino de ataque clase Los Angeles, que no fue identificado, y cuya localización exacta no fue precisada por razones de seguridad operacional. En total, se estima que unos 4.000 efectivos de la Armada de los EE.UU y el cuerpo de Marines participarán en estas operaciones, que se extenderán durante varios meses en aguas internacionales del Caribe.

El empleo de este dispositivo naval y aéreo no solo está orientado a tareas de vigilancia e interdicción, sino que también permitiría, si fuera necesario, ejecutar operaciones de precisión contra objetivos específicos. La combinación de destructores Aegis, aviones P-8 Poseidon y un submarino nuclear de ataque proporciona a Washington una capacidad de disuasión integral frente a las rutas marítimas empleadas por los carteles de la droga y, a la vez, una demostración de fuerza naval en la región.

Desde Caracas, el presidente Nicolás Maduro reaccionó con dureza, asegurando que Venezuela “defenderá sus mares, sus cielos y sus tierras” frente a lo que calificó como “la amenaza extravagante, estrambótica y estrafalaria de un imperio en decadencia”. Aunque el Ministerio de Comunicación no emitió un comunicado oficial sobre el arribo de los buques, el discurso de Maduro dejó en claro el rechazo de su gobierno a la intensificación de la presencia militar estadounidense en el Caribe.

Este despliegue no es un hecho aislado. En 2020, en medio de fuertes tensiones políticas con Caracas, el Comando Sur lideró una de las mayores operaciones navales en el Caribe en décadas, movilizando destructores, buques de apoyo logístico y aeronaves de patrulla. Acciones similares se han repetido desde entonces, configurando un patrón de operaciones que combina la lucha contra el crimen organizado transnacional con la proyección de poder naval de Estados Unidos en su zona de influencia estratégica.

Con la llegada de los tres destructores, el apoyo de medios aéreos y submarinos, Washington busca intensificar la presión sobre las organizaciones criminales designadas como terroristas globales, entre ellas el Cartel de Sinaloa y el grupo venezolano Tren de Aragua. La operación se enmarca en la estrategia de la administración estadounidense de reforzar la seguridad fronteriza y frenar los flujos ilícitos hacia Norteamérica, en un escenario que incrementa tanto la tensión diplomática como la militar en el Caribe.

*Imágenes empleadas en carácter ilustrativo.-

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1 COMENTARIO

  1. Que absurdo decir que despliegan semejante fuerza de combate para luchas contra los narcos, eso claramente es para presionar a Venezuela…y después se quejan de China, pero el doble rasero para ellos no aplica evidentemente

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