Acorde ha sido informado por medios locales, Japón desplegó recientemente a sus cazas Mitsubishi F-2 para llevar a cabo ataques simulados contra portaaviones de la Armada de China, teniendo como escenario las regiones al norte de las Islas Senkaku. Particularmente, las actividades se produjeron durante el pasado mes de junio, momento en el cuál Pekín tenía en operaciones simultáneas a dos de sus portaaviones en aguas aledañas al país insular por primera vez, denotando el marcado aumento de las actividades navales del Gigante Asiático en el Indo-Pacífico.
En detalle, las fuentes gubernamentales que fueron consultadas indicaron que los ataques simulados estuvieron a cargo de la Fuerza Aérea de Autodefensa japonesa, y que la peculiar elección de la zona de operaciones antes mencionada respondía al pasaje del portaaviones Liaoning; uno de los dos que China desplegó en aquel entonces en aguas disputadas. En ese sentido, se aclaró que el buque y su escolta ya no se encontraban en la región circundante a la Zona Económica Exclusiva de Japón, por la cuál habían transitado hacia finales del mes de mayo junto a los buques clase Luyang III, CNS Qiqihar (121) y CNS Tangshan (122), mismos que eran complementados por las fragatas CNS Binzhou (515) y CNS Anyang (599) de la clase Jiangkai II.

Teniendo esto en mente, además del hecho de que los cazas F-2 que llevaron a cabo el ejercicio carecen de características furtivas, los funcionarios japoneses afirmaron que el ejercicio tenía como principal objetivo demostrarle públicamente a China que el país había notado el paso de sus portaaviones en sus aguas aledañas y que estaba tomando medidas para garantizar su defensa. En declaraciones al medio Yomiuri Shimbun, uno de ellos expresaba: “Dadas las circunstancias, la ubicación y el contenido, este simulacro fue un intento de transmitir claramente a China el mensaje de que estábamos tomando contramedidas.”
Vale la pena recordar en este punto también, aún cuando en los ejercicios únicamente se confirmaron procedimientos de ataque contra buques, que los cazas F-2 japoneses disponen de una importante capacidad para neutralizar naves enemigas con sus misiles supersónicos ASM-3. Estos se configuran sin dudas como uno de los principales elementos del arsenal de la flota de aeronaves, haciendo que destaquen en este aspecto incluso por encima de los aviones F-16 en los cuáles se ha basado su diseño, considerando que estos últimos no siempre tienen a disposición este tipo de armamentos.

Por otro lado, ampliando la lente sobre lo que fueron los ejercicios de los portaaviones chinos en aquel entonces, podemos mencionar que se trató de la primera vez en la que la Armada del Ejército Popular de Liberación enviaba al Liaoning y al Shandong mas allá de la Primera Cadena de Islas en el Pacífico; misma que fue delineada por los EE.UU. como parte de su estrategia de contención. El despliegue duró aproximadamente un mes, durante el cuál se pudieron llevar a cabo mas de mil despegues de aviones y helicópteros desde las cubiertas de ambos buques, además de servir como oportunidad para adiestrar a las tripulaciones en maniobras de combate contra un Grupo de Ataque de portaaviones enemigo.
En todo momento, los elementos chinos desplegados permanecieron bajo la vigilancia de sus contrapartes japonesas, especialmente a través de sus aviones de vigilancia P-3C Orión. Esto en sí también fue causa de noticias a principios del mes de junio, debido ello a las peligrosas maniobras de intercepción con las que cazas chinos J-15 buscaron alejarlos de los buques involucrados en los ejercicios, lo que ocurrió en dos días seguidos por lapsos de 40 y 80 minutos respectivamente.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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